María Susana es una localidad del Departamento San Martín, que vivió a lo largo de su historia, muchas situaciones de olvido por parte de los gobiernos de turno.
Apartada de las rutas más importantes de la provincia, este pueblo del oeste santafesino, en su mayoría, agrícola, pidió por rutas, gas y agua potable durante décadas.
Para un pueblo de 110 años, la ruta tardó una vida en llegar, recién se pavimentó el tramo de la 40 S que une a María Susana con la ruta 13 en el año 2013. El agua potable fue su mayor logro a nivel reclamos. El acueducto Coronda, que debía llegar hasta Los Cardos, finalmente se logró extender por una gestión de último momento y la red troncal se extendió hasta los vecinos susanenses.
El gas sigue siendo un pedido, que, por el momento, parece difícil de concretar.
Vacunas que tranquilizan
Con las vacunas pasó lo mismo. «Estuvimos semanas sin poder colocar una dosis, viendo que llegaban a las ciudades más grandes, pero no acá», señaló la enfermera a cargo del vacunatorio del SAMCo, Lorena Bacaloni.
Sin embargo, las partidas, poco a poco empezaron a llegar y la población comenzó el proceso de inoculación para vencer al virus.
Pero esta semana la sorpresa fue grande. Desde el Gobierno, llegó stock de 660 dosis, que sorprendió – para bien – al personal de salud, y enseguida comenzó una campaña de vacunación masiva sin cuartel.
«No lo podíamos creer». señaló Bacaloni, enfermera desde hace 17 años. «De repente se nos llenó el turnero y la gente llegó al SAMCo en masa. Este número para un pueblo como el nuestro – hay 3500 habitantes – es impresionante. En pocos días. A nosotros no nos llegaban en cantidad, eran de a 100 o a lo sumo de a 200 vacunas las que nos mandaban».
Con emoción, la enfermera rememoró: «Es, sin dudas, el momento de mayor felicidad de mi carrera. La enfermería es mi vocación, pasé por todos lados, por quirófano, y hoy soy jefa de vacunación. Esta pandemia me enseñó mucho, sobre todo a amar más lo que hago. A este pueblo yo lo llevo en el corazón. Cuando empezó la vacunación, subíamos de a poco y cuando llegó esta partida el miércoles, no lo podía creer. Empecé a manejarme con el padrón electoral, para ver quienes no habían pedido la vacuna y así fue que llamamos uno a uno y hoy hay mucha gente con la vacuna puesta».
Bacaloni estimó que «con las dosis que llegaron, voy a haber vacunado a la población de 18 a 59 años para este fin de semana. Es que hubo gente que se vacunó en otras ciudades como Rosario o El Trébol. Nosotros tenemos empadronados unas 2400 personas mayores y esta partida fue una bendición».
Pedido a la juventud
Con las dosis que llegaron, la población tendrá gran parte de su padrón adulto inoculado.
Sin embargo, la preocupación se centra en la juventud mayor de 18 años, que no se ha inscripto.
Bacaloni pidió: «Nos falta que se anoten jóvenes de 18 a 20 años. tendré vacunas para ellos, pero falta su decisión de vacunarse. Yo les pido por favor que lo hagan para que ellos mismos ayuden a la sociedad a que todos estemos inoculados y conseguir inmunidad».
Una vez más, María Susana lo logró. En base a pedidos, a lucho, trabajo, gestiones y constancia, este pueblo de gente trabajadora del Departamento San Martín, cumplió otra gran meta. La de empezar a ganarle a esta pandemia. Lo hizo en silencio, como el día que pidió una ruta, como el día que reclamó el agua potable, como los que reclaman hoy por la llegada del gas natural.