La muerte del ex gobernador de Santa Fe, Miguel Lifschitz, conmocionó al mundo político de todo el territorio provincial y nacional.
El funcionario, falleció en la noche del domingo como consecuencia de las graves complicaciones en su salud luego de haber contraído coronavirus hace casi un mes.
Esteban Motta, un referente del Frente Progresista Cívico y Social en la región, mostró su dolor por el deceso de Lifschitz.
«No hay muchas palabras que decir, más que el brazo más fuerte a su esposa Clara García, a los militantes y su familia», señaló Motta.
El Presidente de la Cámara de Diputados de Santa Fe, tenía 65 años y era una figura política con alto perfil en la provincia, al punto que se había posicionado como el principal referente del Partido Socialista y era, casi con seguridad, un dirigente con excelentes expectativas para las elecciones en las que se elegirá al sucesor del actual gobernador, en 2023.
«Miguel nos deja un legado muy grande en la obra pública y su gestión y la demostración fue la vigilia de la gente pidiendo por su salud. Es el reconocimiento de la gente, ya que el base a honestidad y laburo, se ganó un gran lugar en la provincia de Santa Fe», lo recordó el hombre de la Federación Agraria.
Sin vacuna y con bronca por el sistema
Motta, con intenso dolor, tampoco pudo ocultar su enojo, de que un funcionario como Lifschitz, de 65 años, no hubiera llegado a recibir la vacuna a tiempo.
«Anoche nos acostamos con una noticia que no esperábamos recibir. Nos deja un vacío enorme la partida de Miguel. Y nos da bronca su partida, Miguel no pudo recibir la vacuna en tiempo y forma y nos enoja. El sistema dejó mucho que desear en esta pandemia. Él no se soltó nunca de la fila y hoy nos deja».