El lunes por la mañana fue habilitado el proyecto “QR tur” en la Plaza San Martín, y apenas unas horas más tarde, unas de las obleas que contienen los código de lectura fue dañada, arrancada y quebrada por la mitad.
Es una verdadera pena que haya personas que intencionalmente se dediquen a romper lo hecho con tanto esfuerzo y dedicación. Que le quiten la posibilidad a la comunidad de disfrutar de esta iniciativa, que busca contar las historias que hay detrás de los lugares, los edificios, monumentos o instituciones utilizando las nuevas tecnologías, que están al alcance de la gran mayoría de las personas, en este caso, mediante un celular.
Lo dañado no es municipal, es de la comunidad, de toda la ciudad. Por eso, el repudio hacia estas actitudes debe ser unánime. Hoy fue una oblea pero tiempo atrás, fue un parrillero en el Ecológico, una pared en el Playón de Deportivo, una pintada en alguna pared pública o de propiedad privada.
El compromiso ciudadano es la clave para terminar con estas situaciones; denunciar los hechos o actitudes sospechosas para que en el futuro, no haya que contabilizar otros daños.
