Un hombre mayor de edad de la ciudad de Sastre fue condenado por asesinar a golpes a un perro. El hecho ocurrió en junio pasado y la denuncia fue radicada por una testigo que estuvo acompañada por voluntarios del Refugio Sastre -un grupo proteccionista–, quienes alertados se movilizaron rápidamente y lograron impulsar el accionar judicial.
La investigación, promovida por el fiscal Carlos Zoppegni, determinó que el can (que se llamaba Kimey) murió a causa de fuertes golpes en el cráneo. El acusado recibió la pena de seis meses de prisión de ejecución condicional por la Ley de Maltrato Animal 14.346 y una multa económica de $ 10.000 (en cinco cuotas) que distribuirá en dos partes iguales a la dueña del perro asesinado y al grupo proteccionista. La sentencia sienta precedentes y es la primera de este tipo en el departamento San Martín.
A su vez, este hecho permite abrir un nuevo panorama legal sobre el rol fundamental de la sociedad para poder visibilizar y denunciar procesos de violencia animal que se dan tanto en la vía pública como en el orden privado. «Los animales necesitan de la acción de todos los ciudadanos para comenzar a construir una sociedad con menos violencia, en todos los órdenes, y si esta persiste, poder ser juzgada por la justicia», indicaron desde el Refugio Sastre.
El rápido accionar judicial
Fue en junio de este año cuando desde el grupo proteccionista de animales Refugio Sastre acompañaron la denuncia de una testigo que aseguraba haber presenciado el asesinato de un perro. De acuerdo al relato, un hombre había golpeado al animal hasta matarlo para luego enterrarlo. El aberrante hecho ocurrió en la zona periurbana de la ciudad de Sastre.
Luego de trascender la noticia y la indignación manifestada en redes sociales, varios testigos se acercaron a las agrupaciones de voluntarios de la ciudad a buscar apoyo y realizar la denuncia en la Unidad Regional XVIII de Sastre.
La investigación quedó a cargo del fiscal del Ministerio Público de la Acusación (MPA) Carlos Zoppegni, quien dispuso el allanamiento del lugar donde ocurrió el hecho. También se desenterró el cuerpo del animal que fue analizado por veterinarios, los que determinaron que había muerto como consecuencia de fuertes golpes en la cabeza.
Asimismo, los dueños de Kimey se sumaron como querellantes en la causa.
Finalmente, la Fiscalía resolvió condenar al acusado a seis meses de prisión de ejecución condicional por «lastimar y arrollar animales intencionalmente, causarles torturas o sufrimientos innecesarios o matarlos por sólo espíritu de perversidad».
Noticia de: El Litoral (www.ellitoral.com)