El barco está encallado epro en pie

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A 20 meses del naufragio, enderezaron el Costa Concordia – Anoche lograron enderezarlo. Definido como «una operación a corazón abierto», costó 600 millones de euros. La epopeya sin precedentes para enderezar y reflotar el gigantesco crucero italiano Costa Concordia, de 114 mil toneladas, concluyó con éxito a las 4 de la madrugada (las 23 en Argentina). La embarcación había naufragado frente a la isla del Giglio el 13 de enero 2012. «El barco ha terminado su ruta tal como estaba previsto y alcanzó la vertical», dijo en conferencia de prensa Franco Gabrielli, jefe de Protección Civil de Italia. Se coronaba así el titánico esfuerzo tecnológico del que participan alrededor de 500 ingenieros, técnicos y operarios. Dentro del transatlántico yacen los cuerpos de una pasajera italiana y un camarero indio, las dos últimas víctimas aún no recuperadas de los 32 muertos que dejó la tragedia.

A bordo del crucero, la más grande nave italiana, viajaban 4.229 personas –mil eran tripulantes– cuando chocó contra unos arrecifes. Diecisiete de ellos eran turistas argentinos: todos se salvaron.

Un complejo sistema de cadenas, pesos, contrapesos e ingenios tecnológicos comenzó a funcionar a las 9 de ayer (cinco horas menos en Argentina), con tres horas de atraso sobre lo previsto debido al mal tiempo, que amenazaba con arruinar una operación que el mundo sigue con interés y ansiedad.

El especialista sudafricano Nicke Sloan dirigió las operaciones desde una plataforma al mando de un centenar de ingenieros, para hacer rotar el barco de casi 70 metros de altura (17 pisos). El proyecto «packbukin» cuesta 600 millones de euros que paga el armador Costa Cruceros, de Génova, propiedad del gigante del turismo del mar estadounidense Carnival, que afrontan una marea de reclamos de indemnización por miles de millones de euros.

La primera fase, que duró tres horas, consistió en separar el barco –recostado sobre su flanco derecho– de las rocas y escollos sin que se rompiera su estructura, comprimida y deformada por el peso de la nave.

Unos gatos hidráulicos dieron una fuerza de 6.000 toneladas a grandes cables de acero y cadenas que ayudaron al lento movimiento de rotación del barco. Del lado izquierdo del Concordia fueron instalados cajones de acero. Esta madrugada, de cada lado fueron colocados quince cajones para estabilizar la nave, junto con una plataforma que funcionó como fondo artificial. Mientras Sloan dirigía cámaras y aparatos especiales para monitorear los movimientos, otros técnicos buscaban los dos cuerpos dentro del crucero.

Los trabajos debieron ser interrumpidos por la tarde porque algunos de los cables y las cadenas se enredaron y podían romperse y provocar grandes inconvenientes. Un equipo de técnicos escaló los flancos del inmenso buque y resolvió el problema.

«Lo importante es ir adelante con prudencia, como estamos haciendo. Esto es como una operación a corazón abierto: si hay que tardar más, vale la pena», dijo Frando Gabrielli, responsable de la Protección Civil italiana. El naufragio del Costa Concordia causó un gran desprestigio a la marina italiana y el proyecto de recuperación del transatlántico está devolviendo en buena parte esa reputación.

Los cajones de acero, llenados con aire comprimido, después agua y otra vez aire comprimido, deberían permitir no sólo verticalizar el crucero sino también hacerlo llegar hasta el nivel de flotación, sujetado por los 30 cajones y una maraña de cables y plataformas. Más de veinte barcos y chatas controlan el nivel de contaminación del aguas y la atmósfera, pero hasta la medianoche no se habían registrado inconvenientes.

Se espera que dentro de unos ocho meses, tras numerosas reparaciones, el Costa Concordia sea remolcado hasta un puerto en el que será desguazado.

Fuente: Clarin.com

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