El fin de semana pasado, durante uno de los operativos de tránsitos que se llevó a cabo en la ciudad, tuvo lugar un nuevo episodio de violencia hacia los inspectores. Trabajadores que realizan su labor de acuerdo a las normas y leyes vigentes, tratando siempre de cuidar a la integridad de cada vecino.
En la tarde del viernes, en medio del operativo, un joven menor de edad –por ende sin licencia- circulaba por la vía pública, fue detenido para pedir los papeles correspondientes, al constatar que su edad, se le labró el acta y se le secuestró el birodado.
Ya en la tarde noche del sábado, la progenitora junto al padrastro y otro integrante de la familia se hicieron presentes en la Terminal de Ómnibus, agredió verbalmente a los trabajadores viales y de manera violenta el masculino mayor pateó y tumbó la motocicleta 110cc de propiedad municipal, haciendo caer al mismo tiempo el otro birodado.
Esta acción, fuera de toda lógica y que expone a los empleado que cumplen, insistimos, con su labor, tuvo sus consecuencias materiales con cuantiosos daños en la moto de propiedad municipal y en la del vecino.
En este caso, el birodado de mayor cilindrada sufrió la rotura de los plásticos, los cuales deberán ser reemplazados y por ende, también el ploteado de la misma; y mientras que a la otra moto se le doble el manubrio y tuvo magullones por el golpe.
Es importante destacar, más allá de las acciones que se iniciarán para que la persona violenta se haga responsable de sus actos, que se trata de un vehículo municipal, es decir de un elemento que fue adquirido gracias al aporte de toda la comunidad, entre otras cosas, cumpliendo con el pago de los impuestos.
Cuando se apedrean las camionetas, se patea una moto y otros actos vandálicos en espacios públicos, no se agrede solamente al Gobierno o a la Municipalidad per se, se ataca a la comunidad en general, porque la ciudad la hacemos entre todos y todos, desde su lugar, aportan al funcionamiento de la misma.
Además, y por sobre todas las cuestiones, hay personas que están TRABAJANDO, cumpliendo con una función, y su integridad es primordial, por eso, apostamos a la reflexión de los ciudadanos, a saber que si cometieron un error e infringieron una norma de tránsito, la función de los inspectores es hacérselos saber y para eso hay procedimientos que tienen que cumplir.
No habla bien de nuestra sociedad que los inspectores tengan que hacer los operativos con la presencia policial para resguardar su propia integridad, y es preciso recordar las incontables agresiones físicas y verbales, y hasta la internación de un compañero que aún en día sufre las consecuencias de un violento ataque.
Es hora de poner calma, de actuar como personas re bien, con respeto, educación y menos agresividad.