El ceibo histórico de la Escuela de Enseñanza Media Nº 210 y el Instituto Superior Nº 23 Elisa Damiano ya es historia. No porque se haya muerto o talado el árbol, sino porque ya no pertenece más a la escuela, o quizás nunca perteneció.
La mística esquinita donde los alumnos de tantísimos años se juntaban a charlar o hacer la previa al ingreso al cole, ya no será «la esquinita» del colegio y ya no habrá lugar para la charla sentados en el cantero, a la sombra del árbol de la flor nacional.
Es que al venderse una propiedad privada lindera al edificio de la escuela, los nuevos dueños se percataron de que ese sector pertenecía a esa vivienda, hasta hace poco, de la familia Pautasso.
Lo cierto es que en algún momento, por esas cosas de la vida, el espacio pareció pertenecer a la Escuela. Los niños y los jóvenes lo tomaron como propio y así pasaron los años y las décadas. Hasta que la casa vecina se vendió y los planos dilucidaron la realidad.
Ya no hay esquinita tradicional, el ceibo aún vive, aunque amurallado. Ojalá, el buen criterio de los flamantes dueños haga que la flor nacional, siga floreciendo cada año en ese árbol.