En medio de las constantes amenazas climáticas, la soja – tanto de primera como de segunda – avanza a buen ritmo y más allá de las pérdidas por anegamientos – se estima que entre un 5% y un 10% no prosperó la siembra – se proyecta una buena cosecha.
Sin embargo para el desenlace final aún resta un importante camino por recorrer y en tal sentido, el productor debe estar atento a las denominadas enfermedades de fin de ciclo: “Se está comenzando con las fumigaciones contra enfermedades de fin de ciclo, sobre todo en sojas de grupo 4 – 4.5 sembradas a fines de octubre o principios de noviembre, donde comienzan a estar en estado de R3, que es el estado óptimo para hacer un fungicida y la recomendación es que cómo viene el año, con lluvias muy frecuentes se debería realizar sí o sí ”, precisó el Ingeniero Agrónomo de la Cooperativa Agrícola, Germán Kast.
Además Kast destacó: “Si uno habitualmente hace fungicida, este es un año para no dejar de hacerlo; o sea, si el productor piensa evitar algún costo, precisamente no debería ser en este sentido. Están los productores que aprovechan para agregar insecticida; en este caso, lo que se puede hacer es aplicar el fungicida y el tema de insectos se continúa monitoreando aparte, pero la recomendación es que no se trate de abaratar en fungicida”.
Por último el Ingeniero de la Cooperativa indicó que: “A través del monitoreo de lotes que nosotros hacemos, les vamos informando a los productores acerca de cuándo debieran realizar la aplicación y también están aquellos productores que trabajan con su técnico de confianza y lo hacen de manera particular, pero lo importante es que los lotes sean revisados y se hagan en tiempo y forma”, concluyó.