Los delitos en la ciudad de El Trébol vuelven a poner en jaque a toda la sociedad. Fundamentalmente al barrio norte, que es el que está sufriendo ahora una especie de ola de hurtos y robos.
En la noche del domingo, quien lo sufrió fue Horacio Dominguez, quien tiene su domicilio y su empresa por calle San Martín al 700.
«No es la primera ni la última vez que pasa esto en la ciudad. Es una situación de mierda por el esfuerzo que uno hace para trabajar y producir. Anoche llegamos a mi casa a las 10 de la noche y nos quedamos en la cocina. Después me fui a acostar y mi mujer me llama porque toreaban los perros. Ella ve a un tipo que saltaba por el tapial y le preguntó que hacía y el dijo que se le había caído algo adentro. Cuando nos fijamos vimos que faltaban dos moladoras y un taladro. Empecé a mirar y buscar y los encontré metidos en una campera. Llamé a la policía, los salieron a buscar y los vecinos también. Mi familia quedó con miedo».
La «Mona» siguió su relato: «Cuando volví a mi casa mi señora me dijo que el perro seguía toreando. Salí y una vecina me dijo que había alguien arriba del techo. Y saltó a otra casa y después a un tapial. La policía vuelve en ese momento, los vecinos les dijeron quien fue y esta mañana supimos que aún no lo agarraron. Robaron en todo el barrio. No dormimos tranquilos, la policía está atada porque dice que el Juez los larga porque son menores».
Dominguez tiene 53 años y una joven empresa metalúrgica en el barrio. Con la mirada cargada de impotencia le dijo a El Trébol Digital: «Vivimos en tierra de nadie. No se le piden antecedentes a nadie, te entran y si los encontrás y haces una locura te cagas la vida. Y ellos siguen en la calle y uno encerrado».
