Juanjo Lombardo es un chico que supo capitalizar todo lo que mamó en Trebolense. Le tocó pelear detrás de grandes, nunca desistió. Alternó, atajó y fue al banco. Pero nunca se rindió.
También heredó. La vocación docente de su padre Hugo la lleva adentro y así llegó al club.
Hoy trabaja como entrenador de un grupo de arqueros, todos canteranos, de la institución.
«Desde el momento que los dirigentes confiaron en mí fui felíz. Trabajo con chicos con los que en su momento fui compañero. Hoy no extraño jugar porque vengo a la cancha y entreno a los pibes que hoy juegan», señaló Juan José.
El entrenador de arqueros del «Cele» agregó: «Entrenar a los que vienen de la cantera es una satisfacción. Hace 8 años con Maxi Laurenti empezamos con esto y el objetivo se cumple. Los chicos están bien y eso nos llena de orgullo».