Con una carta conmovedora, Andres Boasso, alumno de piano y guitarra de la Escuela Municipal de Música, despidió a Heriberto Valtorta, el profe de piano fallecido la semana pasada de un ataque cardíaco.
La carta
Nunca me enseñaron cómo comenzar una carta de despedida. Acá estoy, sin querer aceptar que es tiempo de decirte adiós. Y todavía me cuesta pensar que te hayas ido, con tanto que dejaste acá.
Tin, fuiste una de esas personas especiales, esos maestros que enseñan mucho más que su materia. Vos me enseñaste la música, y te debo en parte a vos el amor que hoy le tengo a ella. Pero más allá de eso, fuiste ese de las charlas largas, el que me enseñó que lo diferente es virtud. De vos aprendí el valor de la responsabilidad, sos la persona que más cantidad de veces dijo «estudien», y eras el ejemplo más claro de ello. No fuiste un profesor más, fuiste un amigo, el del grupito de los veteranos de la orquesta, o el de la infaltable juntada después de las actuaciones. Una persona a la cual aprendí a querer.
Va a ser muy difícil entrar a la escuela y no escuchar tu piano,
tu viola; o que pases por donde andaba yo para tomar un mate. Me va a faltar tu «-he escuchado peores». Teníamos tanto para hacer, tantas canciones que tocar, tantos escenarios que pisar. No puedo describir cuánto te vamos a extrañar mi poeta muerto.
Acá vamos a seguir estudiando como te gustaba, y ensayando, y ensayando. Porque estoy seguro que vas a mirarnos desde donde quiera que estés, y vas a escuchar cada acorde de tu orquesta. Y también estoy seguro que cuando nos reencontremos vamos a tocar esa sinfonía de los juguetes que teníamos casi lista.
No tengo más palabras que para agradecerle a Dios por haberte puesto en mi vida.
Te voy a extrañar muchísimo, hasta siempre profe.