En la mañana del martes, ocurrió un hecho tan sorpresivo como lamentable.
En el Teatro Cervantes, una empleada estaba trabajando tras haber cobrado la jubilación de su madre y parte de su sueldo. Lo tenía en su cartera, en el sector de la cocina.
De repente, empleados del lugar detectan a una jovencita de unos 14 o 15 años en el interior de la Casa de la Cultura. Al ser sorprendida, sólo atinó a decir «donde puedo ir a hacer chin?».
La empleada le indicó donde estaba el baño, al que fue y luego se retiró.
A los pocos minutos, la empleada se percató de que del interior de la cartera le habían desaparecido $ 3000.
Automáticamente se realizó la denuncia correspondiente y la policía comenzó a hacer un recorrido por las calles en busca de la sospechosa, que vestía jeans azules, remera celeste y el cabello castaño recogido.
Lamentablemente no dieron con su paradero.