Rock & roll – Tocó en Santa Fe el domingo ante una multitud. Derecho de piso volvió a los escenarios grandes.
Como el año pasado, y votado masivamente por el público, la bande de los Gerbino/Albelo y cía se presentaron en el evento de Cerveza Santa Fe.
La banda abrió la tarde del domingo con temas propios como «Whisky doble», «Viaje», «Aleluya», «Ciega el pacto», «Vientos» y el hit de León Gieco «Blues de los plomos» y de Charly García «Buscando un símbolo de paz».
La actuación de los chicos fue contundente y aceitada, mostrando contundencia y confirmando que son la «aplanadora del rock» de esta zona.
Después llegaron las otras bandas.
Muxas, por su parte, llevó al escenario principal un particular sonido glam rock, con sus temas enérgicos pero poderosos y otros más lentos (todos muy «cancioneros»), y sus letras sobre chicas que seducen al bailar. Suman en sus filas a dos figuras de la escena local, como son Ángel «Zurdo» Silva en guitarra y el omnipresente Nicolás López Soto en teclados.
Sexta Ciudad de Esperanza aportó un rock alternativo y contundente, sumando un violín que aporta por momentos sonoridades celtas y sinfónicas, aunque sería interesante que aprovechasen un poco más ese instrumento. Ellos también versionaron al del bigote bicolor, en este caso con «Fanky».
A continuación, las tablas mayores pasaron a ser ocupadas por Nada Nos Libra (Buenos Aires), que ya desde el nombre marcan una clara influencia de Soda Stereo, especialmente en el caso de su cantante Esteban López, muy ceratiano. Para remarcarlo, interpretaron «Cómplices» como cover.
El cierre del escenario 2 estuvo a cargo de Enigmática, otra de las bandas finalistas, en un show breve pero contundente, combinando metal clásico y sinfónico con sensibilidad pop en las líneas melódicas; química que se apoya en la batería de Ricky Tessore y el bajo y los coros (y el «motor») de Cristian «Bajer» Giunta. Así pasaron «En lo que ser», «Memoria en un cajón», «Árbol de mango» (momento de virtuosismo de «Roy Rock» Muñoz, combinando tappings y sweep pickings); «Nuevo», que suma la entradora y dulce voz (un «lengüetazo a los tímpanos», diría laguno) de Daiana Pividori a los teclados de Agustín Ruatta, y la despedida con «Tornado of Souls» de Megadeth.
Revoltosos
«Qué espera, cruel pero hermosa también», dijo Dani Suárez, uno de los dos bueyes que quedó al frente de la escena de la Bersuit, como voz principal acompañada por la de Germán «Cóndor» Sbarbatti (y con las teclas de Juan Subirá al borde del escenario). «Por muchos años más, gracias por invitarnos a su fiesta», remarcó, y dio inicio a la misma con «La soledad», «Cambiar el alma» (con los rostros congelados de «La revuelta» en la pantalla), «Dios te salve», «Danza de los muertos pobres», «Perro amor explota» (lucimiento del Cóndor) y la futbolera «Toco y me voy»: pura artillería.
«Sencillamente» fue un corte, antes de «Así es» (videpclip con Romina Gaetani), y «La revuelta», chacarera con cajón peruano, bombo legüero y el bajista Pepe Céspedes en la criolla.
Después de «No te olvides» y «Negra murguera» (con la voz gastada y arrabalera de Subirá), cerrando el bloque «lento» llegó el momento de decir «te quiero», de la mano de «Cuatro vientos», adelanto del próximo disco y cortina de la tira «Señores Papis»: «Somos un poco maricones, pero hay que ser bien macho para ser maricón», redondeó Suárez.
El salto fue abismal, a «El viejo de arriba», propiciando el bailongo general. «Acuérdense de los ‘90, que no vuelvan esas cosas», advirtió Suárez, antes de arrancar con una versión (al principio cumbiera) de «Sr. Cobranza».
Los cantantes levantaron en andas a Oscar Righi durante su solo de guitarra interactivo con la gente, pasaron un rato por el bajo y la batería, para rearmar la banda en Tomo para no enamorarme, y explotar en La argentinidad al palo, con bandera en la pantalla y cambiando la letra (Suárez y Sbarbatti en vez de Monzón y Cordera) y otro agregado: «Dios es argentino… ¡y el Papa también!». La última fue La bolsa, la explosión popular final.
«Romántisísmicos»
Ahí atrás salieron los Babasónicos a «remar» ese nivel de fiesta, apelando a su mejor repertorio (viejo y nuevo), con su peculiar glamour pero pocas palabras. «El baile de Odín» y «Sin mi diablo» anticiparon «Microdancing» (con Diego Uma al frente cantando junto a Adrián Dárgelos), el clásico mediático «Irresponsable» y luego «Los burócratas del amor» y «Aduana de palabras» (dos de «Romántisísmico», su última placa), con Adrián ensayando unos pasos de baile.
«El colmo»,»Fiesta popular» y «Run Run» (otra nueva) levantaron de nuevo; ahí tiró Dárgelos una referencia a «una noche mágica», para bajar un cambio con «El loco» (Uma en el bongó).
Sin respiro pasaron «¿Y qué?» (con fondo de pájaros multicolores), «El ídolo» y «La lanza» (el hit de «Romántisísmico»; con un poliedro en la pantalla y el vocalista recorriendo la pasarela)
«Estoy tan mojado que no sé donde empieza el río, creo que el río pasa dentro de mí», deslizó el cantante Como prueba de que estaba dando todo de sí, y pidió lo mismo al público en «Desfachatados», antes del folk de la nueva «Paisano».
«Putita» trajo la sensualidad de «La piel, los labios y donde roza la bambula», y el coro generalizado, antes del estallido final con «Carismático» y «Yegua».
Así terminó una nueva edición, con la despedida del animador Diego Romero (agotado de su propio frenesí) hasta el año que viene: cerró así un domingo musical, con la certeza del amanecer de un nuevo lunes.
Fuentes: El Trébol Digital y Ellitoral.com n