– Así lo expresó el especialista en agroclima de la Bolsa de Cereales de Buenos Aires, Eduardo Sierra. En un extenso informe detalló que se esperan «precipitaciones en forma de tormentas severas, con granizo, vientos y aguaceros torrenciales, que se alternarán con franjas de escasa actividad meteorológica».
«Fuertes oscilaciones térmicas, con calores extremos y marcados descensos de la temperatura, además de anegamientos en los campos bajos y de desbordes de los arroyos junto con crecida de los grandes ríos y heladas tempranas a partir de fines de marzo 2014», son algunos de los factores que describió.
En lo que respecta a la campaña 2014-2015, que empezará con la siembra de granos finos en otoño, consideró que «será necesario mantener un continuado monitoreo de la evolución climática, dado que se dará la posibilidad de que la primavera 2014 vuelva a comenzar en estado de sequía, generando problemas similares a los experimentados en la primavera de 2013», manifestó.
Para Sierra, las «irregularidades exhibidas por el agroclima durante las últimas campañas agrícolas, tanto a nivel nacional como internacional, indican que no es prudente hacer cálculos exitistas, y que debe dejarse siempre un margen de seguridad en las proyecciones productivas que se realicen».
Inestabilidad
El escenario climático continúa exhibiendo factores de inestabilidad; por ejemplo, el Pasaje de Drake muestra un fuerte enfriamiento y el Atlántico Sur exhibe cierto calentamiento. Explicó que «durante el verano, las precipitaciones continuarán llevando humedad a la mayor parte del área agrícola, pero los fenómenos atmosféricos tendrán una marcha muy irregular». Se alternarán lapsos prolongados muy cálidos con cortas pero intensas irrupciones de aire frío.
Es probable que las condiciones de lluvias escasas y fuertes oscilaciones térmicas se extiendan hasta mediados de primavera. También precisó que la prolongada ola de calor de diciembre produjo una tasa de evapotranspiración que superó ampliamente a las precipitaciones recibidas durante el mes. Enero registrará precipitaciones abundantes en el norte y el centro-este del área agrícola, donde se observarán focos de intensas tormentas, con aguaceros torrenciales, granizo y vientos. Contrariamente, el centro-oeste y la mayor parte del sur del área agrícola observarán precipitaciones moderadas a escasas y se producirán lapsos cálidos prolongados, aunque sin llegar al nivel de la ola de calor observada en diciembre de 2013.
«En febrero, las temperaturas máximas descenderán levemente, aunque continuarán observándose lapsos cálidos prolongados y las precipitaciones continuarán observando una distribución espacial muy irregular». Mientras que en abril «continuará descendiendo gradualmente la temperatura, aunque se registrarán lapsos cálidos prolongados» y al «iniciarse la temporada de tormentas cordilleranas, se producirán algunos descensos térmicos muy marcados, con riesgo de heladas localizadas en todo el oeste y el sur del área agrícola».
En mayo se completará el descenso térmico, sin volver a registrarse lapsos cálidos y las precipitaciones se concentrarán sobre el ángulo nordeste del área agrícola, haciéndose escasas en la mayor parte del resto de las regiones. Junio observará un régimen térmico con temperaturas máximas moderadas a bajas, aunque podrían producirse algunos lapsos con valores superiores a lo normal. El invierno 2014 observará temperaturas máximas moderadas a bajas, aunque podrían registrarse lapsos cálidos prolongados.