Sergio “Maravilla” Martinez dialogó con la prensa el sábado por la tarde, antes de brindar la charla sobre motivación en el Teatro Cervantes.
El ex boxeador se mostró abierto a las preguntas y habló de todo.
“Maravilla» y la charla:
“La charla no es de autoayuda, es de auto superación y motivación. Es el deporte relacionado con la vida. De eso se trata lo que hago. Esto comenzó con charlas de liderazgo para empresas pero le fui metiendo mis experiencias y terminó en esto”.
La historia de la charla:
“Hubo algo importante para mí que fue el boxeo que me hizo ver mi potencial. Ahí descubrí me personalidad. De chico me decían el “Mudo” y con el tiempo uno crece y estar en el barrio marginal en el crecí, me hizo salir de eso. Yo era monaguillo, no hablaba y me iba bien en la escuela. Padecí bullyng hasta la pre adolescencia. Después descubrí el mundo interior que tengo y al boxear empecé a dialogar y a hacer estas cosas. Con el correr de los años, a los 37 años, cuando peleé con Chavez Jr. ví las injusticias y me puse con esto. Vi a pibes con posibilidades que se le cerraban puertas y los ayudé de esta manera”.
“Estas actividades surgieron por trabajar con mi primo. Tenemos empresas juntos y empezamos con estas charlas motivacionales. Así que salimos a la calle a hacerlas”.
“Maravilla» y el boxeo:
“No extraño el boxeo. No extraño nada. Podía ganar golpes, había chicos jóvenes que con hambre de gloria estaban llegando. Yo ahora estoy haciendo una película, estoy escribiendo un libro, soy promotor y estoy haciendo charlas”.
“Maravilla» y el Papa:
“Hablé con el Papa una vez. Le pedí que rezara por los chicos que sufren bullyng. Todos le piden cosas al Papa, él es un líder espiritual y fue un placer charlar con él y también tocar la violencia de género. Yo me ocupo también de ese tema. Cada vez que voy a New York recorro lugares donde hay mujeres golpeadas”.
“Maravilla” y su derrota ante Cotto:
“Cotto? Ya está. De las derrotas uno no se tiene que recuperar sino aceptar. Cuando gané acepté, cuando perdí acepté. Qué estaba mal de la rodilla? Llegué con lo que llegué. Pensé que podía. El ego es un niño de 18 años, que no tiene arrugas ni canas, es un pibe joven que se lleva el mundo por delante y a veces uno cuando se mira al espejo ve a su ego”.
“Maravilla” y Rivero:
“En Argentina hubo un promotor como Rivero que decidió que yo no podía trabajar acá. Putéenlo a él, a Rivero. Yo era famoso en Estados Unidos y acá no me conocían. Rivero se encargó que no me conozcan. Después mi fama lo sobrepasó y las puertas se abrieron igual porque la fama era muy grande. Ya no podían frenarme. Fui elegido el mejor deportista en Estados Unidos en 2010 y acá no me conocían”.