Por Francisco Díaz de Azevedo
Maximiliano Matter tiene hoy 27 años. No vidente de nacimiento, sietemesino y con trastornos irreparables en la vista por negligencia médica y un problema en la incubadora, el joven se hizo camino en la vida con espíritu, imaginación y derribando barreras.
Maxi siempre fue noticia en El Trébol y en la región. De niño, era un enamorado de la música y logró que la propia cantante pop mexicana Thalía lo saludara a través de un programa de Julián Weich por Canal 13 y que se le cumpliera el primero de sus sueños imposibles.
Pero Maxi sabe de sueños imposibles. Y sueña en imposible porque sabe que lo posible ya está hecho.
Un día empezó a patear una pelota con un sonajero y de a poco logró un lugar en los “Murciélagos”, la Selección Argentina de fútbol para no videntes.
Así pasaron los años, se fue a estudiar a Rosario y dejó la ciudad de El Trébol con sus 14.000 habitantes.
No ver se transformó en un arma y no en un impedimento. Comenzó a jugar al básquetbol y dos veces por semana se tomaba el bus para viajar a Cañada de Gómez. Allí un día conoció a Matías Dalcole, profesor de básquetbol para no videntes y con él se sumó a construir en la nada una nueva manera de hacer deportes.
Volvió a El Trébol, su ciudad natal para seguir abriéndose paso en la vida. Hizo cursos de masajista en el Centro Integrador Comunitario y empezó a trabajar dos horas por día cada tarde.
El llamado a una nueva oportunidad
Pero un día llego el llamado que tanto ansiaba. Y escuchó por el auricular sobre un nuevo desafío. Trabajar en la administración del Municipio de esa ciudad.
“Me sorprendió. Había hablado con Fernando – Almada, el Intendente de El Trébol- y ahora salió. En el CIC había estudiado para hacer masajes y lo sigo haciendo a la tarde. Él me dijo que no lo dejara”, señaló Maxi.
Desde octubre trabaja en el ingreso del Municipio, en el Area de Recepción de 7 de la mañana y hasta las 13 hs. “Hago la atención telefónica y la atención al público y paso los reclamos por computadora. Me adapté bien, mis compañeros tu vieron mucha paciencia porque esto es muy grande, tiene muchas áreas y muchas necesidades”, comentó y agregó: “La gente llama con sus problemas. Cada uno tiene su punto de vista del porqué de su reclamo. Paso todo en un programa que me lee lo que aparece en la pantalla. Me lo instaló un amigo no vidente de Las Parejas. Días atrás lo hablé con varias personas. Esto tiene que ver con la inclusión y por suerte se nos están dando las oportunidades al igual que a otra gente. Yo creo que uno se debe a la gente que confió en uno. Yo estoy muy agradecido por esto. Yo peleo para que les den oportunidades a los más chicos”.
El joven no vidente agregó que “es un crecimiento muy grande a nivel personal por tener este trabajo y el ida y vuelta con los compañeros. Yo en El Trébol me sentí integrado siempre pero siempre me mandé para adelante e intenté cosas”.
Maximiliano sigue jugando al básquetbol los sábados en la ciudad de Rosario. Religiosamente se toma el bus que lo deposita en la ciudad, Cuna de la Bandera. “El básquet no vidente es muy nuevo. El fútbol tiene otro apoyo, es más popular. Pero el básquetbol me gusta más y queremos luchar para que se le dé otro lugar”.
Vida plena
Pero Matter también peleó con el corazón. No rendirse jamás le llevó a conocer un día el amor. Así llegó Ana a su vida, y desde hace 5 años viven juntos. “La conocí por un amigo en común con quien jugábamos al fútbol”, cuenta Maxi sobre no pareja, que también es no vidente. “Ana es de Rosario pero se vino a vivir acá conmigo y no fue fácil adaptarse. Yo viví allá y ahora conseguí esta compañera que es todo para mí. Tiene un espíritu muy comprensivo, tienen mucha paciencia y me da mucho equilibrio”.
Maxi vive una vida plena. Entre el trabajo, su pasión por los deportes y su novia, cada día es un nuevo desafío. No ve, nunca lo hará, eso dicen los expertos, aunque tratándose de Maximiliano Matter, todo es posible.