– Los valores internacionales de la soja marcaron otro récord. Pero esta vez no son buenas noticias para los productores locales y para la economía argentina. Es que con diez días consecutivos en caída en las cotizaciones en Chicago, la oleaginosa inscribió la mayor racha bajista en 42 años y quedó bien lejos de que los u$s 500 fueran sinónimo de cada una de sus toneladas.
Es más, la posición noviembre en Chicago perforó el viernes hacia abajo los u$s 400. Tras ceder otro 1,9%, terminó en u$s 394 por tonelada. La posición agosto, se derrumbó otro 3,2% y cerró a u$s 438,3 la tonelada. En tanto julio 2015, de referencia para la próxima campaña argentina, terminó en u$s 407,5 por tonelada.
Las nuevas bajas responden a un retiro masivo de los fondos especulativos del mercado de commodities agrícolas ante lo que se espera será una campaña sojera récord en Estados Unidos, donde el área destinada a ese cultivo ya es un máximo histórico con 34 millones de toneladas. El informe mensual de oferta y demanda global de granos y oleaginosas del Departamento de Agricultura de Estados Unidos (Usda), difundido el viernes, con datos de mayores stocks y producciones en récord absolutos, fue la estocada que le faltaba al mercado para profundizar la caída.
Como informó El Cronista durante la semana pasada, el desplome externo paralizó las operaciones locales, lo que pone un condimento adicional a la escasez de divisas que ingresan al país. Entre mediados de abril/mayo (la soja FOB oficial estaba en u$s 539 por tonelada), y los valores actuales (u$s 467 FOB oficial), la soja en poder de los productores (30,8 millones de toneladas) se devaluó u$s 2200 millones.
Semejante retracción de precios, además, pone en un punto crítico los números de los productores para encarar la próxima siembra gruesa, que en el hemisferio sur arranca en septiembre/octubre.
Eso porque no solo los productores todavía tienen en su poder el 55% de la cosecha 2013/14, sino que se suma que las cotizaciones actuales dificulta la próxima siembra en campo alquilado, y muchos señalan que la labor en campo propio también tiene «números muy finos».
De acuerdo con analistas del mercado, un productor que alquila campo necesita obtener u$s 300 por tonelada de soja sembrada para tener rentabilidad. El viernes, la soja septiembre en Rosario cotizó a u$s 286,6 la tonelada, 14% menos que a mediados de mayo, cuando estaba en u$s 333. La disponible, en tanto, cerró en u$s 289,5 y la entrega en mayo 2015 en u$s 269 por tonelada.
«El impacto del derrumbe externo en el ámbito local fue muy significativo. En pocas jornadas implicó una baja superior al 10% en los valores pagados», comentó Guillermo Rossi, analista de la Bolsa de Comercio de Rosario. Y agregó, aunque la industria no trasladó en su totalidad a la plaza local la corrección bajista de Chicago, los «vendedores se retrajeron a la espera de una recuperación de los precios».
Rossi completó con que «el impacto en la macroeconomía argentina no es menor, ya que tanto el ingreso de divisas como la recaudación fiscal quedarán por debajo de los niveles presupuestados».