¿Ahora entendés Facu?

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Para Trebolense – Por Verónica Castagno A días de uno de los acontecimientos más importantes de mi vida, me gustaría compartir lo que siento.
Primero pensar por qué esto significa tanto para mí. Debe ser por el hecho de crecer rodeada de cosas relacionadas a TREBOLENSE. Tengo pocos recuerdos de mi niñez, pero como olvidarme del día que el patio de mi casa estaba cubierto por metros y metros de tela celeste y blanca, porque unas mujeres con ruleros estaban haciendo una bandera. Como no recordar a mi abuela ayudando a lavar vasitos de plástico para el buffet (porque antes los juntábamos y los lavábamos).
Como no acordarme de las veces que enrollé las vendas del mejor 4 que vi en mi vida. Como no acordarme de que el mejor cabeceador que vi en TREBOLENSE me hacía pasar alcohol por las tiras blancas de sus botines.
Todos esos recuerdos, sumados al ejemplo de mis papás, colaborando, sufriendo y disfrutando, me hizo esta fanática y defensora del CELESTE.
Sé que muchos no entienden que se pueda querer y apasionar tanto con un club. Como tampoco entenderían como se puede discutir, pelear, jugarse y sufrir tanto para defender una opinión que en definitiva no es otra cosa que defender «un color».
También aparecen a mi mente cosas más cercanas, como ver a vos Rodri en el techo de la sede haciendo flamear la bandera del campeón, a vos Carli haciendo canciones y sacando fotos del CELESTE, vos Soli trabajando tanto para que la muestra salga impecable. Ver a mis sobrinas yendo a la cancha como lo hacía yo desde chiquita o verlas vestir «la camiseta».
Recuerdo los abrazos interminables y llenos de emoción de los que sienten lo mismo que yo, Mili, Pablo, Laura….
Gracias a Dios y a esta buena gente que ama al club es que TREBOLENSE es tan «grande».
Feliz y orgullosa me siento por tener los colores celeste y blanco en mi alma y en mi corazón.
¿Ahora entendés Facu por qué lloré ese 16 de noviembre?
Vero Castagno

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