Invadidos por el arte – El Encuentro nacional e Internacional de Escultores tuvo un día bisagra y cada obra comienza a tomar forma definitiva. El miércoles fue bello en todo sentido y el Encuentro Nacional e Internacional de Escultores tuvo quizás su día más productivo. «Hoy trabajamos mucho, muchísimo», nos decía Mario Amurri al final de la jornada con los ojos rojos y la voz cansada.
Los trabajos comenzaron a lucirse de una manera diferente en una jornada de sol y muy bien clima. Hasta el calor en el mediodía se hizo notar y estuvo presente en el evento.
Con los trabajos en madera casi terminados, sólo resta terminar de dilucidar como quedarán algunas de las esculturas en mármol y cómo quedarán los detalles del caballo hecho en chatarra de Daniel Silva.
Las escuelas se siguen llegando una tras otra y entre preguntas y fotos, los chicos logran ver y comprender el arte que hay en manos de estos nueve grandes de la escultura.
Fue un día bisagra el miércoles. Rumié Barraza, Umpierrez y Mercurio ya le dieron vida a la piedra y no necesitan explicar el final de la obra. Porque volvió el sol y porque cada escultor volvió a demostrar lo que sabe hacer sorprendiendo a la gente. Porque cada espectador, que ya eligió un artista como propio se acerca a imaginar «como quedará su obra» y se llena la boca hablando de cuánta magia hay en las herramientas de estos maestros.
Llega el jueves, un día para disfrutar, un día que seguramente en pocas horas se va a extrañar.