María Susana – El oficial Heriberto Ñañez, de Piamonte, salvo a una niñita clínicamente muerta tras haberse caído a un tanque de agua. Heriberto «Tiso» Ñañez, oficial de María Susana fue protagonista de un milagro. Días atrás, mientras se encontraba de guardia en la Comisaría VI de María Susana, oyó gritos desesperados y observó gente corriendo delante de la dependencia policial. Inmediatamente salió afuera y se encontró con un menor de 1 año y 8 meses, en brazos de su madre, sin respirar como consecuencia de haber caído en un tanque de agua unos cuantos minutos.
«Cuando la madre me ve me dice que la nena se había caído en un tanque de agua, estaba moradita, parecía muerta, pero inmediatamente le comencé a practicar maniobras de rehabilitación, le hice respiración y masajes para intentar sacarle el agua que había tragado. Fue desesperante, la nena no reaccionaba y toda la gente gritaba y lloraba. Yo veía a la madre desesperada y a la vez me daba cuenta que no podía hacer nada, pero a la vez pensaba que podía ser mi hija y que no la podía dejar morir», comenzó contando Norberto Ñañez lo sucedido aquella tarde.
Y agregó: «Entonces le pedí a un compañero que también estaba de guardia que agarre el móvil y la lleve de inmediato al Hospital. La nena no reaccionaba. Le pedí a la madre que me disculpe, porque yo creí que no la había podido salvar. Sin embargo, cuando la nenita llega al Hospital, abrió los ojos y empezó a llorar. Entonces por la radio del móvil me avisan y no lo podíamos creer. Nosotros seguimos llorando, pero ahora de alegría».
Por último «Tiso» contó: «El Dr. Ruggeri asistió rápido al Hospital y después vino la ambulancia de El Trébol, con la cuál trasladaron a la nena a Santa Fe, desde donde los médicos nos informaron que probablemente haya estado varios minutos sin vida. Fue un milagro», cerró.
La menor, de nombre Lourdes Valentina Bonel Ibarra, hoy está absolutamente recuperada y disfruta los días jugando junto a sus cuatro hermanos mayores.
El hombre de las grandes hazañas
No es la primera vez que Heriberto Ñañez es protagonista de un milagro. El jueves 20 de mayo de 2004, cuando la tranquilidad de María Susana se vio alterada por una banda de ladrones que pretendió tomar la Comisaría para luego perpetrar diversos robos en bancos y mutuales de la localidad, ahí también estuvo «el Tiso», quien a fuerza de coraje y capacidad impidió que los malvivientes lograran su objetivo.
Ese día le dispararon cerca de 50 tiros con una FAL (Fusil Automático Liviano), pero tal como alguna vez el mismo supo decir: «Ese día Dios estuvo en la Comisaria». Y parece que el otro día regresó.
Fuente: Piamonte y María Susana Digital – Edición: El Trébol Digital – Red de Medios