Así se desprende de un cable enviado hace un año por la consejera de la Embajada de EE.UU. en Brasilia al Departamento de Estado.

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Brasil teme atentados terroristas en los Juegos Olímpicos de Río – Otros despachos señalan que Washington busca oportunidades comerciales y cooperación militar con Brasil. Estados Unidos nunca digirió la derrota del 2 de octubre de 2009 cuando en presencia del todavía flamante presidente estadounidense Barack Obama y del ya veterano brasileño Luiz Inacio Lula da Silva el Comité Olímpico Internacional declaraba Río de Janeiro como la sede de los juegos mundiales de 2016, dejando Chicago en el camino.

Si el premio Nobel que siete meses después le otorgaron al jefe de Estado norteamericano intentó restaurar las «heridas» morales de la Primera Potencia, en Washington entendieron que sólo se llevaba los honores mientras Brasilia se alzaba con el gran negocio. Es exactamente esto lo que queda reflejado en los notables emails que funcionarios de la embajada de EE.UU. transmitieron al Departamento de Estado y que acaban de ser publicados por Wikileaks.

De sagacidad incuestionable, demostrada en 8 años de gobierno, el presidente Lula da Silva ayer se encargó de toquetear las puntas de sus barajas delante de los otros jugadores. Dijo que las revelaciones son «insignificantes», y agregó: «Miren, ustedes ven lo que está sucediendo ahora con esos telegramas del gobierno norteamericano… Están queriendo demostrar que son mejores que los otros, pero ellos hacen las mismas estupideces que el resto del mundo».

Uno de los «despachos» salidos de la sede de la embajada de EE.UU. en Brasilia, en diciembre de 2009, con la firma de la consejera Lisa Kubiske, alerta a Washington sobre un temor imperante en algunos ámbitos de la diplomacia brasileña, para quienes deberían esperarse atentados terroristas en territorio brasileño durante los Juegos Olímpicos de 2016.

Pero hay misivas previas de otra funcionaria, Cherie Jackson, quien hace un año era Consejera Administrativa de la Embajada. En un telegrama al Departamento de Estado, relataba el gran apagón en Brasil el 10 de noviembre de 2009 y postulaba que se trató de un atentado a la red de alta tensión proveniente de Itaipú.

Efectivamente, 35 días después de la histórica decisión del COI de llevar la antorcha olímpica a las costas brasileñas (el 2 de octubre de 2009) un insólito apagón dejó 18 estados brasileños a oscuras. En ese cable, la funcionaria estadounidense indicaba que la seguridad de la infraestructura eléctrica, vial y aeroportuaria nunca había sido prioridad para el gobierno brasileño y marcaba que «las autoridades admiten la posibilidad de un ataque» a los puntos vulnerables. De acuerdo con el documento, Cherie señalaba: «Brasil puede estar abierto a buscar cooperación y protección para casos críticos de su infraestructura». La misma tesis reivindicó después Lisa Kubiske. Ambas concluyeron que ese lugar debía ser ocupado por empresas norteamericanas: «La Copa de 2014 y los Juegos de 2016 representan una oportunidad para que EE.UU. se involucren en el desarrollo de la infraestructura y también de la seguridad cibernética».

Folha sostiene que el tema se trató en reuniones entre Brasil y EE.UU. y agrega que Washington busca cooperación militar, oportunidades comerciales y que prepara una mayor presencia en este país .

Así no parece casual que en noviembre de 2009 Lula se haya empeñado en archivar la tesis de un atentado. Entonces, en su programa radial, habló de «un incidente, un cortocircuito».

Nueva orden de captura contra Assange

Suecia emitió ayer una nueva orden de arresto contra el australiano Julian Assange, luego de que la Justicia de ese país rechazara un recurso de apelación del fundador de Wikileaks, acusado de estupro y abuso sexual de dos mujeres, un delito supuestamente cometido en agosto mientras visitaba el país nórdico.

Al conocerse el fallo de la Justicia, las autoridades suecas emitieron ayer una nueva orden de detención contra Assange, con las aclaraciones solicitadas por la Policía británica, luego de un error burocrático en el primer pedido.

Assange, según los medios británicos, se encuentra en el sur de Inglaterra posiblemente en Londres. Es más, Scotland Yard lleva más de un mes en contacto con sus abogados y sólo espera recibir órdenes para arrestarlo. La detención nunca se produjo por errores formales en la confección del primer pedido de arresto internacional.

El fundador de Wikileaks, de nacionalidad australiana, rechaza las acusaciones de la fiscalía sueca y asegura ser víctima de una conspiración orquestada desde los Estados Unidos.
Los abogados de Assange, el británico Mike Stephens y el sueco Bjorn Hurtig, informaron que el australiano se opondrá a su extradición a Suecia si es arrestado. «Con mi colega británico Mark Stephens y otros expertos internacionales lucharemos contra el pedido de extradición», sostuvo Hurtig.

El abogado rechazó informar dónde se encuentra Assange, quien según voceros de Wikileaks, se mantiene oculto puesto que ha recibido amenazas de muerte. La nueva orden de captura fue emitida ayer tras la difusión el domingo de 250.000 cables de la diplomacia estadounidense.

LONDRES. DPA

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