Incidentes y caos en Francia durante una nueva protesta contra la reforma jubilatoria – Hay complicaciones con los trenes y vuelos y aumenta el riesgo de desabastecimiento de combustible. Sarkozy prometió «garantizar el orden». Francia vive hoy la sexta jornada de protestas contra la reforma jubilatoria impulsada por Nicolás Sarkozy con marchas y movilizaciones más rotundas y radicalizadas que incluyen varios enfrentamientos entre manifestantes y policías.
Jóvenes se enfrentaron con la policía y encendieron pequeñas fogatas en varias ciudades. En una escuela secundaria en el suburbio parisino de Nanterre cientos de manifestantes lanzaron piedras desde un puente a policías que respondieron con gases lacrimógenos y crearon barricadas en la zona. Y en la Plaza de la República, en el este de París, los manifestantes lanzaron proyectiles a agentes antidisturbios e incendiaron cestos de basura. Incidentes parecidos ocurrieron en otras ciudades.
El Ministerio de Interior francés afirmó haber contabilizado hacia media tarde unos 480.000 manifestantes en varias localidades del país, es decir 20.000 personas menos que durante la última jornada de huelga, el 12 de octubre. Mientras, la policía de París informó que unas 60.000 personas marchaban en la capital.
En tanto, el tráfico ferroviario volvió a verse afectado y varios vuelos quedaron suspendidos. En Toulouse y Marsella además se acumulan los residuos en las calles, ya que los trabajadores del servicio de recolección de basura se han unido a las huelgas.
Sarkozy había anunciado más temprano que tomaría medidas contra el bloqueo de refinerías, que mantiene al borde del desabastecimiento al país desde hace días, y para «garantizar el orden». Es el octavo día de huelga de las 12 refinerías de Francia y hay más de 2.500 de las 12.500 estaciones de servicio que están sin combustible o en dificultades.
«Comprendo la inquietud. En una democracia, cada uno puede expresarse pero debe hacerlo sin violencia ni desbordamiento», dijo Sarkozy a la prensa en Deauville, norte del país, al cabo de una cumbre con Alemania y Rusia. Advirtió además sobre la presencia de «alborotadores» en las manifestaciones. Y aprovechó para recordar que «el mayor desbordamiento sería no cumplir mi deber y no prever la financiación de las jubilaciones». Se refirió así al polémico proyecto de subir de 60 a 62 la edad jubilatoria, motor que impulsa estas protestas.
(Fuente: Agencias)