Fue 1-0 en La Bombonera sobre Estudiantes. Clemente Rodríguez anotó el único gol y Riquelme fue la figura.

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Boca volvió a ganar y estiró su ventaja en la punta – El equipo de Falcioni es el único líder con cuatro puntos de ventaja sobre sus escoltas. Sumó su cuarto triunfo al hilo y 18 partidos invicto. La sensación que deja Boca ante cada presentación es que si mantiene la solidez defensiva y logra anotar al menos un gol en el arco rival, no hay forma de que pierda su invicto, que esta noche trepó a 18 encuentros consecutivos sin derrotas. En La Bombonera, el equipo que conduce Julio César Falcioni desde el banco y Juan Román Riquelme desde el césped, logró un nuevo triunfo, el cuarto consecutivo. Esta vez la víctima fue Estudiantes, y la diferencia otra vez fue la mínima.

Porque Boca gana, por ende gusta. Pero no golea. Excepto en la segunda fecha (4 a 0 a Unión) el equipo no logra ganar por más de un gol de diferencia. Los últimos cuatro triunfos fueron ante Independiente (1-0), San Martín de San Juan (1-0), Lanús (2-1) y esta noche, ante el Pincha (1-0). Pero claro, el equipo parece salir de memoria y la defensa con Agustín Orion en el arco; Roncaglia, Schiavi, Insaurralde y Clemente Rodríguez parece invulnerable. Sólo permitió dos goles en el Apertura, uno de Gabriel Méndez, del Ciclón, de tiro libre. Y el otro en contra de Insaurralde, ante Lanús.

Con poco, y con el brillo que sólo Riquelme le da al equipo, Boca fue práctico, convirtió y se sacó de encima al siempre duro Estudiantes, que llegaba de obtener su primer triunfo en el torneo y con Miguel Russo en el banco. El Pincha, sin Verón, fue una sombra, y en ningún momento insinuó siquiera con llegar a la igualdad.

A los 17 del primer tiempo, Erviti toca para Riquelme que de primera habilita a Clemente, que tira el centro y pica al área. Viatri salta a cabecear, Albil se lo lleva puesto. El balón le queda a Mouche, le da el frentazo al palo. Desábato se desconcentra en la línea y no llega al rebote. Sí Clemente y su velocidad para conectar de derecha e inflar la red. Gol, 1-0 y se terminó el partido.

Cuando Riquelme frota el botín derecho, Boca tiene posibilidades de aumentar el marcador. A los 33, habilita de zurda y con un caño a Mouche, quien saca un zurdazo que se pierde por el fondo. Uno más tarde, Román captura un rebote en la puerta del área y le da de primera. El arquero Agustín Silva (Albil salió lesionado) despejó al córner con una volada y un manotazo.

El segundo tiempo se jugó al ritmo de Estudiantes, un juego que al Boca de Falcioni no le queda incómodo: a correr, meter y raspar en el medio. El partido se hizo impreciso y cortado. Boca siguió siendo sólido. Allí emergen como figuras Somoza, Rivero, Erviti (se fue con un golpe); también Roncaglia y, por supuesto, Schiavi e Insaurralde, impenetrables en el juego aéreo.

Una pared entre Riquelme y Clemente que el lateral definió por encima del travesaño; un tiro libre del enganche que tapó el arquero Silva; y un cambio de frente del capitán de Boca para Roncaglia, el posterior remate desde afuera y otra vez Silva. Las únicas chances de gol de Boca en todo el segundo tiempo. Poco, pero no necesitaba más.

¿Y ahora quién detiene a Boca? El domingo tendrá una dura prueba, ante Argentinos en La Paternal. Aunque para este Boca luchador, ordenado, sólido desde arriba y desde abajo; pareciera que le alcanza con un gol y un Riquelme inspirado.

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