Atenas anticipó parte del programa elaborado por los acreedores.

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Grecia aumenta impuestos, baja sueldos y echa empleados públicos – Impone un nuevo gravamen que deberán pagar los trabajadores y produce varias formas de recorte de salarios y reducción de puestos. También, un plan de privatizaciones. Las autoridades griegas anticiparon parte del plan de ahorro destinado a sanear su economía, y a conformar a sus acreedores, que en la práctica significará una profundización de las duras medidas de ajuste que ya viene soportando la población. Allí se contemplan privatizaciones de empresas estatales, aumento de impuestos, despidos de empleados públicos, rebaja de subsidios y de masa salarial. Todo esto para que el país pueda evitar el default y obtener el tramo pendiente de 12.000 millones de euros del salvataje autorizado el año pasado. La escalada del ajuste está en el marco de un programa restrictivo elaborado en conjunto por el primer ministro Giorgos Papandreu, la Unión Europea, el FMI y el Banco Central Europeo (BCE). Ya fue aprobado por el consejo de ministros y ahora sólo resta que sea convalidado por el Parlamento.

Para alcanzar el objetivo presupuestario, que prevé hasta 2015 ahorros por 28.400 millones de euros y privatizaciones por 50.000 millones, los artífices del plan sostienen que deben aplicarse todo tipo de recortes, sin anestesia. El mayor peso recaerá sobre la clase media y los empleados públicos. Si bien la presentación oficial del programa de ajuste se realizará el próximo fin de semana, ya se conocieron algunas medidas. La primera consiste en cerrar entre 70 y 75 dependencias estatales . Para cumplir este requisito la ley crea un «nuevo fondo» encargado de las privatizaciones, «bajo control internacional» del BCE y el FMI. Estos «observadores» extranjeros proporcionarán sus «conocimientos» y asegurarán la «transparencia» del proceso, justificó ante el Congreso el ministro de Finanzas griego, Evangelos Venizelos.

Dentro de este esquema de venta de empresas estatales, el gobierno prevé desprenderse de unos 150.000 empleados públicos . Algunos de esos trabajadores serán reubicados, pero la gran mayoría pasará a integrar un «período de reserva» durante 12 meses donde cobrarán sólo 60% de sus salarios. Una vez cumplido ese período, serán despedidos. Actualmente Grecia tiene 700.000 agentes estatales directos, más unos 300.000 en empresas dependientes del Estado como la de electricidad.

Asimismo, la mayoría de la población tendrá que pagar un nuevo impuesto durante los próximos 4 años denominado «solidario». Junto con esa medida se incrementará 10% un impuesto sobre los automotores y se creará una tasa adicional a los autónomos, la mayoría profesionales de clase media, con ingresos elevados. El paquete incluye una baja de los salarios de 10% y alza de 5 % en el impuesto sobre el combustible de calefacción .

Los griegos reciben incrédulos este plan de ajuste y se debaten entre la bronca y el escepticismo. El clima social, que ya venía tenso desde hace meses, se agravó en los últimos días.

Los sindicatos preparan una huelga de 48 horas para el 30 de junio, fecha en que el proyecto oficial tendría que ser debatido en el Congreso, y los «indignados» siguen movilizados.

El plan pasó ayer un primer obstáculo, al ser aprobado por el consejo de ministros griego. Esta decisión tuvo lugar al día siguiente de una moción de confianza del Parlamento al nuevo gobierno socialista, tras la reestructuración ministerial que hizo Papandreou. «El voto de confianza confirma que hay que proseguir con este esfuerzo difícil y nacional que habíamos empezado el año pasado», afirmó el premier ante el Gabinete: » Estamos librando una dura batalla para asegurar la ayuda financiera y gestionar la deuda pública».

La gran crisis griega estalló en octubre de 2009, cuando el gobierno socialista reveló que su predecesor conservador maquilló las estadísticas para camuflar una deuda abismal. La desconfianza de los inversores se disparó y a Grecia ya le fue imposible pedir dinero en los mercados. Ante la inminente quiebra, el gobierno presentó en mayo de 2010 un plan de austeridad de una magnitud inédita que le permitió obtener el rescate de 110.000 millones de euros en tres años, ofrecida por la Zona Euro y el FMI. Fue insuficiente: el déficit no retrocedió y Grecia no logró la confianza de los mercados. Por eso ahora la UE y el FMI vuelven a aplicar la receta del ajuste.}

Fuente: Clarín.com

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