El primero reiteró que ni planeó el crimen ni liquidó a su esposa. El segundo, que él la atacó pero no la mató.

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Prisión perpetua a Bertotti y Forti por el asesinato de Natalia Vercesi – Fueron hallados culpables por ocho jurados populares. Un tribunal dictó homicidio calificado por alevosía.

Luis E. Blanco -La Capital La Cámara del Crimen de San Francisco, Córdoba, condenó a prisión perpetua a Alejandro Bertotti, de 37 años, y a Leonardo Forti, de 21, por el asesinato de Natalia Vercesi, ocurrido el 8 de julio de 2009, y de su hija por nacer. Si bien no surgió de la lectura del fallo quién asestó las 24 puñaladas que sufrió la víctima, el jurado entendió en base a las pruebas colectadas, que la responsabilidad fue compartida. Las conclusiones y fundamentos de la sentencia se conocerán el 30 de mayo.

La decisión fue tomada tras cinco horas y media de deliberación conjunta entre el jurado popular, de ocho integrantes, y dos jueces del tribunal técnico. Luego del debate secreto el presidente del tribunal técnico, Hugo Ferrero, leyó la sentencia que los familiares y amigos de los entonces imputados y de la víctima, esperaron fuera de la sala fuertemente custodiados por la policía.

Alevosía. El tribunal revalidó la totalidad de las pruebas aportadas en la etapa de instrucción y duramente cuestionadas por el defensor Marcelo Brito. Declaró por unanimidad que el ex basquetbolista y kinesiólogo Alejandro Bertotti «es coautor responsable de los delitos de homicidio calificado por el vínculo, por alevosía y pago de precio en concurso ideal y aborto en concurso real, en perjuicio de Natalia Vercesi y su hija por nacer, e imponerle la pena de prisión perpetua».

En tanto que a Forti le asignó responsabilidad por el mismo delito —excepto el agravante de vínculo— y de abuso de armas —por una causa conexa— y le impuso la misma pena.

Además, el tribunal ordenó que se remitan las actuaciones al fiscal federal de turno ante la posible comisión de un delito contra la Ley de Estupefacientes ya que, en su declaración, Bertotti señaló como móvil del hecho un supuesto negocio para la venta de drogas con Forti y el hermano de este, Diego y para que se investigue quién suministra estupefacientes a varios de los testigos que declararon en la causa.

Por la mañana Bertotti, quien siempre se declaró inocente, dijo sus palabras finales. «Estoy viviendo una pesadilla al ser juzgado por la muerte de mi esposa. Pido Justicia especialmente por mi hija Julieta». Forti aseguró no haber matado a nadie y le recriminó al fiscal que instruyó la causa, Bernardo Alberione, no haberle dado acceso a un centro de rehabilitación tal como le había prometido y solicitó que lo ayuden para poder resolver el problema de adicción que padece. Antes de los acusados, declaró la madre de Natalia, Rita Ercole, y pidió que se hiciera «Justicia».

«Un plan». En su alegato, el fiscal Víctor Pezzano había pedido la prisión perpetua para ambos acusados por considerar que el crimen se trató de un «plan urdido por Bertotti y aceptado por Forti» y que los dos imputados «tenían el mismo objetivo: matar a Natalia. Bertotti la quería matar por odio y Forti, por la plata». De acuerdo con la acusación sostenida por Pezzano, Forti «comenzó a ejecutar el hecho, tal cual como se había planificado con Bertotti», para lo cual recibió unos 5.500 pesos por parte del ex basquetbolista.

El día fatal. El hecho ocurrió el 8 de julio de 2009, en una casa situada en Urquiza 94, de esta ciudad, donde residía el kinesiólogo, su mujer —embarazada de 24 semanas— y la pequeña hija del matrimonio, de 4 años.

De acuerdo con la imputación, el día del crimen, Bertotti facilitó el ingreso de Forti a la vivienda familiar, escondiéndolo en la parte trasera de su auto, para luego simular un asalto y ayudarlo a matar a Vercesi. Minutos después de ultimar a su mujer llamó a la policía y contó que «dos encapuchados entraron a robar mientras guardaba el auto y mataron a mi mujer».

Cámara y captura. Una cámara de seguridad instalada en el portón de una fábrica de electrodomésticos frente a la vivienda de los Bertotti dio la clave: Bertotti ingresó con el auto y cerró el portón de su casa sin inconvenientes. No ingresó nadie más a la vivienda. Allí se estableció que Forti ingresó dentro del auto de Bertotti. Cuando Forti se entregó, 18 días después, relató cómo fueron sus pasos junto a Bertotti, cómo ingresaron a la vivienda «para asustar a Natalia» y aseguró que sólo golpeó a la mujer y luego se retiró.

Bertotti, quien inicialmente había dado a la policía la versión de que él y su mujer habían sido víctimas de un robo, ensayó otras versiones entre las que se cuenta la que utilizó finalmente en el juicio: una organización de narcos que le reclamaba un pago. A los quince días, también terminó detenido.

Un testigo decisivo fue Miguel Angel Robles, el perito que orientó al grupo que investigó el asesinato de Vercesi. «Alejandro Bertotti es un hombre que no podía seguir viviendo con su realidad y la única forma que tenía de continuar con su vida era a través de la eliminación de su cónyuge. La infidelidad es el motivo determinante de este caso», dijo. Para él fue Bertotti el autor de las puñaladas mortales.

La objeción. Después de la lectura de los fundamentos de la sentencia, la ley prevé quince días para cuestionar el fallo, algo que el abogado de Bertotti confirmó que concretará. «Normalmente es conveniente leer los fundamentos para saber si hay vicios formales, pero estamos absolutamente convencidos de que el punto primero de la resolución que rechaza la exclusión probatoria a la que adhirieron los colegas que defienden al otro coimputado, evidentemente tenemos razones jurídicas que sustentarán un recurso», dijo Brito a este diario.

«En la denuncia que presentamos hoy (ver aparte) es absolutamente incontrovertible que el fiscal Alberione de una forma irregular recibió la primera declaración informal a Forti. Toda persona que haya estado presente en este debate el día que declaró el periodista Julián Medina —quien le recomendó a Forti que se entregara— sabe perfectamente que relató los hechos a Alberione. Hay elementos de prueba que acreditan que el procedimiento fue irregular. En la medida que tengamos la confianza de nuestro defendido, vamos a llegar si es menester, al más alto tribunal de la Nación y en su caso a la Corte Internacional de Derechos Humanos», señaló.

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