Boca sufrió una goleada inesperada y dolorosa ante Godoy Cruz – Erviti descontó para el local. Falcioni tuvo un triste debut tras un verano prometedor. La ilusión grande, la decepción también. Boca y Julio César Falcioni debutaron en el Clausura con una estrepitosa derrota por 4-1, nada menos que en La Bombonera, ante el Godoy Cruz renovado de Jorge Da Silva. Tras un verano arrollador, Falcioni tuvo en cancha por primera vez a Juan Román Riquelme y a Walter Erviti. Sin embargo, su equipo fue una sombra a comparación de las buenas actuaciones veraniegas y el técnico se retiró del campo de juego con su peor cara.
Después de haber arrasado en los torneos de verano con un sólido 4-4-2, con mucho sacrificio, poco juego, pero contundente; Falcioni cambió el sistema para debutar en el Clausura: no es para menos, contar con el mejor enganche del país obliga hasta al DT más cuidados. Juan Román Riquelme fue titular y estuvo bien rodeado. Porque el técnico también había pedido el artículo 225 (Sergio Araujo acaba de cerrar su participación en el Sudamericano Sub 20) y decidió el debut de Walter Erviti. También estuvieron Leandro Somoza y Sebastián Battaglia. La línea de cuatro en el fondo (Clavo, Caruzzo, Insaurralde y Clemente). Más Mouche y Palermo en el ataque. Un equipazo.
Boca mostró dos caras: una a la hora de atacar y otra para defender. La ofensiva de Boca estuvo acorde a un debut de campeonato: con buenas intenciones, con poca sorpresa, pero logrando generar cierto peligro en el arco de Torrico. Una combinación Palermo-Riquelme, que el enganche tiró por encima del travesaño, un remate de Román que reventó el palo y un mano a mano de Mouche, que definió mal, al pecho de Torrico. En defensa, Boca fue un desastre.
Godoy Cruz supo cortar los circuitos de juego de su rival. El Polilla Da Silva plantó un 4-3-2-1, con Rubén Ramírez como única referencia adelante, y un medio campo combativo con Nicolás Olmedo a la cabeza. A los 13, pelota a la espalda de Calvo, allí gana Villar que llega al fondo y tira el centro. Javi García salta a descolgar el centro, pero suelta la pelota y le queda en la frente a Rubén Ramírez para el 1-0. Práctico y contundente, Godoy Cruz silenciaba a La Bombonera aprovechando los errores del rival. Enseguida, Boca perdió el control y los nervios empezaron a jugar. Y el Tomba se aprovechó.
A los 37, Boca dormido, y se repite la jugada: pelota a la espalda de Clemente, Miranda llega al fondo y envía el centro rasante. En el primer palo Ramírez se anticipa y pone el 2-0. Inobjetable. Y en el inicio del complemento, el golpe de nocaut. Otra vez Miranda, pero esta vez lo encara a Clemente, engancha hacia el medio y saca el centro al área, a espalda de los centrales. Por el segundo palo, Adrián Torres le gana en la carrera a Calvo y pone el 3-0 con un derechazo al primer palo.
Enseguida, Boca llegó al descuento. Clemente para Román en el área, centro atrás, Clemente que se pasa y le queda a Erviti. Zurdazo arriba y 1-3. Se había encendido una llama de ilusión, pero el daño, Godoy Cruz, ya lo había hecho.
Ante la falta de respuestas del equipo (Riquelme y Erviti, los únicos precisos en Boca), Falcioni empezó a meter mano en el banco, desesperado. Rivero por Calvo, Viatri por Erviti y Colazo por Somoza (a los 22, 28 y 35, respectivamente). Nada. Boca, ciego, buscaba un nuevo descuento que nunca iba a llegar. Sobre el cierre, Carlos Sánchez, en una contra, le puso la frutilla al postre. Y Godoy Cruz redondeó un 4-1 histórico en La Bombonera, para iniciar el Clausura con todo y para poder pensar en la Libertadores (integrará el Grupo 5) con más tranquilidad. ¿Boca?, Boca fue una lágrima.