Trebolense sólo desató la alegría tras la espera y el pitazo final.

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Fotos de un festejo contenido – El «Cele» se juntó con su gente y sonrió feliz. Trebolense era concentración y miradas de incertidumbre y algo de tensión.

Que San Jorge había decidido no venir. Que la Liga estaba presente. Que los policías. Que el club desocupado. Que el árbitro se demoró 25 minutos.

Pero la alegría llegó al final.

Porque cuando Adrián Baigorria paró el cronómetros en los 15 minutos de espera y sonó el silbato, Trebolense festejó.

Lo hizo en la cancha y lo hizo con su gente.

Al fin y al cabo, tras tanta espera, el plantel se lo merecía y su gente también.

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