– Se espera una producción récord, pese a las complicaciones por anegamientos y enfermedades; la apuesta a la venta como forrajera. En términos estrictamente estadísticos, fue el año de la cebada. Convertida en una puerta de escape ante las trabas oficiales en el trigo, la cebada apunta a cerrar 2012 batiendo sus propios récords. Logró aumentar 33,1% la superficie sembrada, llegando a 1,57 millones de hectáreas y, ahora, con el inicio de la cosecha en algunas regiones, se encamina, según la Bolsa de Cereales de Buenos Aires, a una producción estimada de 5,55 millones de toneladas, lo que representa una suba del 26,1% y se explica por la expansión de la superficie. Para destacar, sería la primera vez que la cebada logra obtener poco más de la mitad de la producción del trigo, proyectada en 10,12 millones de toneladas. Del Nacional B, la cebada busca consolidarse en Primera entre los principales cultivos del país. En rigor, en volumen se hace más cebada que girasol, por ejemplo. Ese volumen por ahora se mantiene. Esto pese a que el cultivo sintió el cimbronazo de los excesos hídricos (sólo en Buenos Aires se perdieron 60.000 ha), registró mermas en el rinde potencial (se prevé que el promedio nacional baje de 40 a 38 quintales), hubo refertilizaciones por lavado de nitrógeno y atacaron las enfermedades, entre ellas ramularia, que después de una década volvió a ser muy virulenta (ver aparte). «Este fenómeno de excesos de humedad ocasionó mermas en el rendimiento. No obstante, más del 75% del área implantada en el sudeste y el sudoeste de Buenos Aires [los dos principales núcleos productivos del país] aguarda rindes por encima del histórico», expresó Juan Ignacio Dreiling, analista de la Bolsa de Cereales de Buenos Aires. Dreiling precisó: «En la región del sudoeste de Buenos Aires y sur de La Pampa el rinde promedio esperado se ubica entre 26 y29 quintales cuando el rendimiento histórico zonal se encuentra cercano a los 21 quintales. Algo similar sucede en el sudeste, donde se proyecta de 43 a 46 quintales, por encima de los 38/39 quintales históricos de la región». Producción y comercialización Agustín Bilbao, asesor del CREA Necochea-Quequén y miembro de la regional Necochea de Aapresid, prevé en la zona un 10% más de rinde versus el año pasado. «Si todo sigue normal y las temperaturas se mantienen moderadas y con un promedio de 17 grados, se estima un 10% por encima del año pasado», señaló Bilbao. En esa región, el año pasado en los campos con tosca los rindes estuvieron entre 4700 y 5000 kilos por hectárea, mientras que en los suelos profundos se ubicaron entre 5700 y 6000 kilos. Bilbao detalló la operatoria comercial de muchos productores de esa zona. «Se comercializó cebada cervecera por puerto Quequén sin contratos porque en los últimos dos años se consiguieron, en general, mejores precios por fuera de los contratos. Con la baja de la producción de los Estados Unidos en maíz y la suba de los forrajes, la mayoría de la cebada se vendió como forrajera», afirmó. Gustavo Almassio, productor de esa zona, también cree que el rinde será mejor. «Hasta ahora, con el cultivo en etapa de grano lechoso/pastoso, las expectativas de rinde son superiores al año pasado, con un 10% más», contó. En esa región hay «un mar de cebada». Tanto es así que Almassio aseveró: «Estimo 10 a 1 la relación cebada/trigo». Pero no sólo eso: una alta proporción del cultivo se hizo con toda la tecnología, con fertilización a la siembra con fosfato diamónico o mezcla química con agregado de azufre, doble aplicación de nitrógeno siembra/macollaje y doble aplicación de fungicida. Almassio contó que se hicieron ventas forwards desde 180 a 230 dólares la tonelada ya sea cervecera como forrajera. En la zona de Tandil, la firma UPJ-Grupo Los Grobo tenía previsto aumentar 30% la superficie respecto del año anterior, pero por las lluvias sembraron lo mismo. «Se apunta a 4000 kg/ha en aquellas zonas de mayores complicaciones y a 5000/ 6000 kg/ha donde la situación no fue tan estresante», explicó Juan Pablo Maisterrena, gerente general. En esa firma, el 80% de la producción se vendió en junio cuando proyectaban una sobreoferta en el país. Esto fue antes del rally alcista de los granos forrajeros por la sequía en los Estados Unidos. «Este año hicimos muy poco bajo convenio cervecero y la mayoría fuera de convenio por calidad forrajera o cervecera. Toda la forrajera nuestra va con destino exportación», señaló el ejecutivo. Según Nicolás Marin Moreno, asesor del CREA Río Quinto, sobre la ruta 7 se pueden diferenciar tres situaciones en función del desarrollo del cultivo. En Carmen de Areco-Chacabuco los cultivos están muy afectados por el encharcamiento o inundaciones, y hay pérdidas probables del 40 al 50%. Luego, en Alberdi-Rufino, los cultivos mejoran, pero hay lotes bajos con agua. Mientras tanto, de Rufino hacia el Oeste en los cultivos están «razonablemente bien, con pérdidas de rinde del 10/15% como máximo en las peores situaciones». Para Marin Moreno el cultivo se va alejando de los circuitos convencionales en materia de comercialización. «Muchos sembraron una variedad con aptitud cervecera -por ejemplo, Scarlett-, pero no cerraron contrato con una maltería. Al momento de la cosecha tomarán una muestra y la llevarán a la industria para explorar su interés. Si la propuesta [de la industria] no cubre sus expectativas, la venderán para forraje», señaló. Desde el sudoeste bonaerense, Fernando Pacin, asesor del CREA General Lamadrid, dio también detalles de la estrategia comercial de los productores. «En mi grupo se hizo más cebada de lo histórico. Todo con la variedad Scarlett y sin contratos con malterías. La intención es manejarse directamente en el mercado de cebada forrajera, excepto que las malterías salgan a buscarlos con mejores precios», afirmó. «Una buena parte, que puede ser un tercio de lo que se espera cosechar, está vendida en contratos para enero a valores de entre 165 y 230 dólares por tonelada», concluyó. EXPORTACION COMO FORRAJERA Según un informe de Esteban Barelli, analista del área de Investigación y Desarrollo de Aacrea, en colaboración con Gabriel Foco, de la Bolsa de Bahía Blanca, de la cosecha nueva de cebada hay compras declaradas de exportación -al 31 de octubre último- por 2.877.600 toneladas. Para destacar, de esa cifra 2.345.300 toneladas son cebada forrajera y 532.300 toneladas cervecera. En el ciclo pasado, las ventas totales se ubicaron en 3,42 millones de toneladas por US$ 848 millones. Arabia Saudita fue el principal cliente. «En general hay un equilibrio en la distribución de ventas entre cebada forrajera y cervecera por contrato. Pero, comparativamente con la campaña pasada, hay un fuerte aumento en la venta a futuro de cebada forrajera en detrimento de la cebada cervecera», señaló Pablo Bressa, asesor del CREA Arroyo de los Huesos, entre Tandil y Olavarría. En febrero pasado, el Matba comenzó a operar la posición cebada. Desde ese momento ya se negociaron 183.570 toneladas. Fuente: La Nación Campo