Le ganó 3-1 a Paraguay y rompió el maleficio de 39 años sin victorias ante los guaraníes en Eliminatorias.

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La Selección gozó en Córdoba y se adueñó de la punta – El martes visita a Perú. Clima de Mundial en el Mario Alberto Kempes. La cancha regada 15 minutos antes del inicio del partido. Himnos, expectativa, papelitos y el «olé, olé, Messi, Messi» desde los cuatro costados del estadio cordobés. Argentina iba por la punta de las Eliminatorias Sudamericanas ante Paraguay con un esquema súper ofensivo: Angel Di María, Lionel Messi, Ezequiel Lavezzi y Gonzalo Higuaín de entrada. Así lo decidió Alejandro Sabella ante las ausencias de Sergio Agüero (por lesión) y Javier Mascherano (suspendido).

Pero ni bien Argentina sacó del medio, el 4-2-3-1 que se imaginaba en la previa cambió a un 4-3-1-2, con Di María como volante por izquierda, Gago por derecha, Rodrigo Braña en el medio y Messi como enganche. Más Higuaín por el centro del ataque y Lavezzi por afuera. Apenas dos minutos habían cuando Gago sacó un pelotazo a la espalda de Richard Ortiz, el lateral izquierdo. Lavezzi le ganó en velocidad, tocó para Higuaín y picó al centro del área. El Pipita tiró un taco para el Pocho que apenas la desvió para Braña, que sorprendía. Hubo un rebote y le quedó a Di María en la puerta del área grande. El del Real Madrid calibró el remate, abrió el pie y buscó el segundo palo. La pelota se desvió en la espalda de Lavezzi, descolocó al arquero Villar y se clavó en el ángulo para el 1-0 de Argentina.

Parecía que la ventaja le daba tranquilidad para jugar a Argentina. Pero el equipo no podía hacerle llegar limpia la pelota a Messi, controlado por Cáceres y Riveros, que se escalonaban para neutralizar a la Pulga. Braña comenzó a cometer faltas en el medio, y el equipo de Sabella perdió la pelota. Por derecha, Víctor Ayala, Rivero y la escalada de Iván Piris ponían en aprieto a Marcos Rojo. De un córner, Alcaraz conectó de cabeza en el área local y encendió las alarmas, a los 12.

Enseguida, Paraguay ganó un lateral cerca del área, otra vez por derecha. Fue al área, Roque Santa Cruz aguantó a Ezequiel Garay, la pelota rebotó y voló al medio en un globo indescifrable para Braña que no llegó con la cabeza y puso la mano. No dudó el árbitro brasileño Wilson Seneme no dudó y cobró penal. Jonathan Fabbro, argentino naturalizado, ejecutó con precisión desde los doce pasos y clavó el 1-1 en el Kempes.

Se desesperó Argentina. A Messi le pegaban sin pelota. Se turnaban Cáceres, Riveros… o el que pasara cerca. Y entonces la Selección no encontraba el camino. Paraguay se plantaba bien cerca de su área, entregaba pelota y campo, le cedía la iniciativa a su rival y esperaba para golpear de contra. Sin elaboración, sin el panorama claro, Argentina se puso 2-1 por la contundencia y el peso propio de sus individualidades. Di María quiso habilitar a Braña, que se fue al ataque. Pero Ruiz cortó el pase con tanta mala suerte que habilitó a Higuaín. Y el Pipita en el área es letal: control de zurda y derechazo cruzado contra el palo. Golazo y de nuevo tranquilidad. Enseguida, Messi estrelló un tiro libre en el palo. Las cosas volvían a su lugar, aunque la Selección seguía sin encontrar su mejor funcionamiento.

El segundo tiempo comenzó friccionado y con muchas imprecisiones. Ninguno podía hacer pie. Hasta que Messi levantó a todos: recuperó una pelota en el medio y encaró hacia el área, dejó en el camino a Alcaraz y enfrentó a Villar. Quiso definir por encima del arquero, pero la pelota se abrió y dio en el palo. Los cordobeses se rompían las palmas aplaudiendo, aunque la pelota se negó a entrar.

El técnico uruguayo de Paraguay, Gerardo Pelusso, intentó cambiarle la cara al equipo con los ingresos de Haedo Valdez y Tacuara Cardozo (salieron Fabbro y Roque Santa Cruz). Pero no tuvieron tiempo de tomar contacto con el balón. A los 18, Messi recibió un balón sobre la derecha. Dejó a tres en el camino y el cuarto le cometió falta. Se armó la barrera, Messi tomó carrera. El zurdazo fue perfecto: parábola, bajó con fuerza, se fue abriendo y alejando de la estirada de Villar, besó el palo y se clavó en la red. Golazo y 3-1, Argentina se adueñaba de la cima de las Eliminatorias.

Para el final quedaron los minutos que Sabella les dio a Palacio, Guiñazú y Biglia (Braña vio la amarilla y quedó suspendido para enfrentar a Perú). Paraguay buscó un descuento, pero sin convicción y Argentina redondeó un triunfo sólido, con grandes actuaciones individuales de sus figuras y con algunos pasajes de buen fútbol. El martes, en Lima, un nuevo desafío ante Perú.

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