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Los rendimientos promedios continuaron con valores similares a los del comienzo, 10 a 15 qq/ha, con algunos datos puntuales que oscilaron desde 23 a 25 qq/ha, donde las precipitaciones fueron más homogéneas durante el ciclo del cereal, pero, en las áreas que fueron insuficientes, particularmente en el oeste de la provincia, los menores resultados variaron desde 6 a 8 qq/ha.

El 40 % de los trigales, se encontró en estado bueno, con algunos lotes muy buenos, un 35% regular y un 25% malo. Las últimas precipitaciones no modificarían sus condiciones, debido a que en un alto porcentaje los cultivares se encontraban en estadios finales de desarrollo. La variación porcentual de las condiciones de las parcelas, en toda el área de estudio, se expresó en los sucesivos informes semanales anteriores, donde se detectaron dos zonas bien diferenciadas:

a) en el noreste del SEA, los sembradíos prosiguieron el normal desarrollo de las etapas fenológicas, propias de cada parcela, preemergencia floral, floración y fructificación sin inconvenientes, con bajos impactos por déficit hídrico, pero se observó la presencia de aves, palomas o cotorras, que provocaron o provocarían daños en las espigas de los cultivos en ciclos más avanzados y

b) en el resto de la superficie de estudio, las escasas a nulas lluvias consolidaron los indicadores que se registraron anteriormente en los sembradíos, plantas con diferente coloración en las hojas, escasa altura, variado volumen de macollaje, poco desarrollo de sus estructuras, menor número de espigas, débiles y granos pequeños, por la ausencia prolongada de agua útil en los suelos.

Hasta la fecha, no se observaron plagas ni enfermedades de importancia en los mismos. Pero se cuantificó un aumento considerable del número de aves, palomas y cotorras, que dañaron los granos de los cultivares que se encontraban en su etapa final de evolución.

 

Fuente: Campo Litoral y www.coopagric-eltrebol.com.ar

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