Miguel y Omar Martín y Roberto «Titi» Farías, fueron lo operarios que trabajaron en la altura, a 41 metros, en la cúpula de la parroquia, para recibir la cruz, colocarla y abulonarla en lo más alto.
Tras cumplir con la dura labor, ya entre festejos y abajo y con los pies en la tierra, dialogaron con éste medio.
Miguel Martin manifestó: «Pudimos cumplir con el pueblo. Los tres estuvimos juntos en el lugar. Fue bárbaro todo. El grupo fue lindo pero, si bien pusimos la cara nosotros, todos trabajaron mucho».
Por su parte, «Titi» Farías expresó: «Sólo tuvimos un temita arriba que era un cañito que sobresalía. Pero estaba dentro de la norma. Eran unos fierritos que pusimos para registrar la cruz en el lugar, se lo sacamos con la moladora y salió todo perfecto para el encastre final».
Los tres operarios estuvieron más de una hora en un espacio reducido. «Estábamos atados, a 8 metros de atura dentro de la cúpula. Por ahí salía al exterior uno y a veces otro y ahí estábamos a 41 metros. Porque el espacio era muy chico para trabajar, pero salió todo muy bien».
Omar Martin: «Problemas hay siempre cuando se suben las cosas en la altura pero estaba dentro de la norma. Cuando se cruzó un poquito la cruz, hubo que removerlo pero era para eso».
La nueva estructura, dentro de la cúpula de la Parroquia San Lorenzo Mártir, fue hecha íntegramente en hierro. «El caño central de la cruz es nuevo, de acero inoxidable, que luego, al encastrarla en la torre, se montó en un andamiaje de hierro», explicó Omar Martín.
Durante esta semana, los operarios volverán a subir, pero para hacer la instalación eléctrica e iluminar la cruz.
Finalmente los tres dijeron: «Estamos felices por lo logrado. Sentimos que cumplimos con la ciudad y la gente».
