El espiral inflacionario que sufre el país afecta a las gestiones públicas de las localidades santafesinas, y sobre todo de las comunas. Hay 43 gestiones comunales y seis municipalidades de la Provincia que pidieron a la Legislatura que se los faculte para destinar el 50% del Fondo de Obras Menores a gastos corrientes.
También hay otros 57 ejecutivos locales que iniciaron el trámite recientemente para solicitar lo mismo. De esta manera, casi una de cada tres de las 362 localidades santafesinas registra problemas económicos.
La Legislatura aprobó en julio el proyecto que otorga a los municipios y comunas la mencionada posibilidad de utilizar el 50% del Fondo de Obras Menores para gastos corrientes. La Ley de Obras Menores prevé, año tras año, que un porcentaje de los ingresos provinciales van asignados a los municipios.
Cada localidad tiene una asignación de acuerdo a los tamaños. Así, los municipios pueden recibir fondos para la compra de equipamiento o realización de obras. Sin embargo, hace años que, siempre y cuando lo apruebe la Legislatura, parte de esos fondos se usan para gastos corrientes -generalmente es el 50%-.
Si bien es una disposición que la Legislatura santafesina suele brindar a los ejecutivos locales, normalmente lo hace a fin de año, cuando las gestiones deben pagar el medio aguinaldo. La inflación sin control hizo que se adelantara el pedido que fue gestionado por el senador de San Cristóbal, Felipe Michlig.
Cabe recordar que se entiende por gastos corrientes a erogaciones de consumo (como salarios, bienes y servicios), intereses, y prestaciones de la seguridad social.
«La cuestión de la paritaria fue compleja, fue un buen cierre el año pasado, un poco más complejo este año, y sobre todo este último 21% de arranque que se acordó en este trimestre fue muy complicado. Hay muchos municipios con dificultades, y sobre todo las comunas», explicó una alta fuente.
Por otro lado, las comunas dependen directamente de la Tasa General de Inmueble Rural, y por la sequía muchos productores no la pudieron pagar o no la han priorizado. Esto impacta directamente en las arcas de muchas comunas santafesinas.
«En general hay una merma de la recaudación local y también se da con la coparticipación. Hay mucha variabilidad. Hay municipios que tienen recursos, que han podido hasta armar un plazo fijo, pero obviamente no son la mayoría. En las localidades intermedias y chicas ha pegado fuerte», indicaron.
Obra pública
A la par de las dificultades para el pago de subsidios, el espiral inflacionario también afectó directamente a las obras públicas municipales. Ya no lo entregan los insumos, y se perdieron los valores de referencia para la compra de equipamientos o herramientas.
Muchas comunas llegaron incluso a vender los bonos otorgados por Provincia por el acuerdo con Nación por la deuda de coparticipación, para así afrontar los costos de obra.
Desde provincia se flexibilizó la certificación exigida por el Plan Incluir, ya que contaba con algunos pasos administrativos complejos que llegaban a tardar varios meses o hasta incluso un año. Por la distancia entre que se planificaba una obra y se terminaba realizando, debido al contexto inflacionario, los presupuesto quedaban absolutamente desfasados.
«Hay muchas localidades que empiezan a mostrar signos de situación preocupante», observaron desde Provincia.
Fuente: Uno Santa Fe