Ganó el empresario Cartes y los colorados vuelven al poder – El presidente electo dijo que su compromiso es gobernar para todos. «Quiero darle un nuevo rumbo al país», agregó. A media mañana era un rumor fuerte, al mediodía fue una convicción, y a la tarde ya flameaban las banderas del Partido Colorado por toda Asunción.
Horacio Cartes ganó las elecciones paraguayas con el 45,8% de los votos, una diferencia de 9 puntos a su inmediato rival, el liberal Efraín Alegre (36,9), con el 90% de los votos escrutados. El acaudalado empresario y dirigente futbolístico de 56 años logró lo que se había propuesto: reinstalar en el poder a los colorados. Un detalle paradójico y simbólico: el hombre que será el nuevo presidente de Paraguay llegó a la política hace sólo tres años, y jamás había votado.
«Es una victoria de la República del Paraguay, hoy hemos ganado todos», dijo en su primer mensaje oficial. Fue un discurso escueto, rudimentario, donde se mostró conciliador con los rivales. » Mi compromiso es con todos los paraguayos. Pondré mi esfuerzo en ganarme la confianza de todos aquellos que no me votaron, porque quiero un Paraguay para todos», afirmó entre banderas partidarias y cánticos efusivos. Sobre el futuro no dio pistas. Sólo habló de «darle un nuevo rumbo» al país y de generar trabajo para evitar que la gente deba emigrar: «Queremos que nuestros jóvenes sean guapos (trabajadores) en nuestro país».
El caudal de votos que desde temprano recibieron los colorados disparó los sondeos de boca de urna. Esto generó un grave incidente que desnudó la endeblez del sistema de control. Cerca del mediodía el vicepresidente del Tribunal Supremo de Justicia Electoral (TSJE), Juan Manuel Morales, salió a decir que las tendencias daban como ganador a uno de los candidatos y que «Efraín Alegre tendrá que reconocer la realidad», adelantando así el triunfo de Cartes.
La afirmación de Morales, un adherente de los colorados, repercutió con fuerza en el Partido Liberal que salió a pedir que se abra una causa judicial en contra del funcionario. El presidente del TSJE, Alberto Ramírez Zambonini, trató de atenuar la tensión afirmando que las declaraciones de Morales no representaban la posición del Tribunal y que eran producto de su avanzada edad. El episodio amenazaba con convertirse en un verdadero escándalo, pero terminó siendo eclipsado por los festejos de los colorados en las calles. Después ya no importó nada.
Más allá de ese incidente, que provocó tensión durante varias horas, los comicios se desarrollaron con normalidad, y contaron con una participación que superó el 68%. El voto joven fue un elemento extra para el triunfo del Partido Colorado, y no sólo en el interior del país.
Estas elecciones son clave Paraguay porque le permiten normalizar su situación institucional luego de la polémica destitución de Fernando Lugo en abril del año pasado, hecho que levantó una fuerte polémica, la marginó del país en el contexto regional y le valió la suspensión como miembro del Mercosur. Se espera que en poco tiempo se restablezcan los vínculos, para lo cual Cartes -según trascendió en medios políticos- ya habría establecido los contactos necesarios.
El triunfo del empresario tabacalero le dio a los colorados la revancha que buscaban y sumió a los liberales en una crisis interna de la cual les será difícil salir. «Hemos hecho un esfuerzo extraordinario, hemos trabajado y no hemos dejado de hacer nada de lo que nos propusimos.
El pueblo paraguayo se ha pronunciado y nosotros respetamos. No ha sido posible obtener el triunfo», fueron las escuetas palabras de Alegre al reconocer la derrota, tres horas después del cierre de los comicios.
Los resultados se podían palpar en los centros de votación desde la mañana temprano. Al salir del cuarto oscuro la gente no tenía problemas en decir a quien había votado, y las referencias al partido colorado eran contundentes, no dejaban dudas de que Cartes era el elegido. Resultaba simpático ver como salían los votantes con sus dedos índices entintados, producto de una anticuada regla electoral que aún perdura pese a los dispositivos técnicos modernos. Los reclamos se basaban en dos o tres preocupaciones de la población: la falta de trabajo, la inseguridad – que en creció desmesuradamente en los últimos años- y la corrupción. Aunque esta última se perdonaba si se cumplían con las dos anteriores.
Más allá de lo que esperan los paraguayos, los analistas anticipan que el gobierno de Cartes s erá populista, con el tradicional estilo de los colorados, aunque aggiornado a los tiempos actuales. El presidente Federico Franco ya se comunicó con él para articular el traspaso del mando, que será el 15 de agosto. A partir de allí el acaudalado dirigente deportivo podrá poner en marcha su plan de gobierno. «Quiero trabajar para todos», dijo.
Fuente: Clarin.com