– Este mes se exportará soja por cerca de u$s 4.000 millones. La Argentina ingresó por estos días en la etapa clave de la campaña sojera: la de la alta liquidación de divisas por exportaciones del principal complejo agroindustrial del país. De ahora hasta agosto se esperan exportaciones por al menos 21,5 millones de toneladas del poroto sin procesar, que representan ingresos por unos u$s 10.000 millones. Eso porque el momento más fuerte del año agrario para el país coincide con un bajón en los precios internacionales de la oleaginosa, que tras perder más de 35 dólares por tonelada, arranca la semana en u$s 500 por tonelada, el nivel más bajo en 10 meses y 6% por debajo del valor de «equilibrio» con el Gobierno ponderó a la soja en el Presupuesto 2013.
Así, la cosecha local –que se estima en 48 millones de toneladas– vale u$s 24.000 millones, u$s 1.600 millones menos que lo presupuestado oficialmente.
Un tercio de ese total a exportar en los próximos cinco meses se concentra en abril, por lo que ingresarán entre u$s 3.600 millones (a la cotización actual) o u$s 4.000 millones, estimó un informe del dirigente rural Néstor Roulet, ex presidente de Cartez. Esa cifra es menos de la mitad de lo que serán las necesidades de dólares frescos para pagar las importaciones mensuales, .
Las perspectivas no son muy alentadoras. En la rueda nocturna de Chicago, el contrato más activo –mayo 2013– seguía en retroceso, al cotizar anoche a u$s 498 la tonelada. Para este miércoles se espera el informe mensual de oferta y demanda de cereales y oleaginosas a nivel global que confecciona el Departamento de Agricultura estadounidense (Usda). En sus últimas estimaciones, resaltó que habrá una superproducción sojera, gracias a la performance de Brasil, Argentina y Estados Unidos (que comenzará a plantar la oleaginosa en los próximos meses).
En ese contexto, el analista Federico Muñoz reseñó que en el mercado «lejos de prever un rebote, proyectan para los próximos dos años una cotización estabilizada en torno a u$s 450 por tonelada». Muñoz recalca que la soja «que ayudó a disimular el deterioro macro en los últimos años, promete magnificar los desajustes a partir de 2014».
Esa situación se daría aún cuando las cotizaciones estuvieran muy por encima de las actuales, porque los ingresos por exportaciones de soja han perdido importancia en la economía local, por una conjunción de factores, entre ellos las crecientes necesidades de dólares para importar diversos bienes.
El trabajo de Roulet proyecta que las posibles importaciones que la Argentina hará en 2013 sumarán unos u$s 82.000 millones, de las cuales energía absorberá u$s 14.000 millones.
«El Gobierno va a tener enormes problemas en la balanza comercial, y va a necesitar ingreso de dólares por mayores exportaciones de otros sectores, algo improbable por la pérdida de competitividad», sostuvo Roulet, quien desestimó que el productor esté reteniendo soja para especular con una futura devaluación.
En ese sentido, el ruralista puntualizó que «el productor vende la soja cuando necesita el dinero» y resaltó que «el comportamiento del productor fue muy similar en las últimas campañas», donde abril aparece como el mes más fuerte de liquidación, y luego tiene otro ciclo similar en junio/julio, con ventas mensuales en torno a 4 millones de toneladas.
«Pese a las presiones del Gobierno, el productor hará una venta importante en estos dos meses, como en años anteriores, para luego regularla según sus necesidades de gasto para la implantación y proyección de la próxima campaña», enfatizó.
Fuente: El Cronista Comercial, Buenos Aires