Hace dos meses, pablo Jesús Mina no pensaba que su nombre iba a estar ligado a la historia dorada del Club A. Susanense.
Había dejado de dirigir en su club de Morteros, tras dos años y medio y no pensaba dirigir por el resto del año.
Sin embargo, Dios pone cosas maravillosas delante de la gente y así pasó esta vez con Pablo y su equipo.
«Es un caso particular. El equipo había terminado primero en la fase regular, la dirigencia decidió cambiar algunas cosas y así, arrancamos desde cuartos, despues las semis y la final. No conocía la liga y fue un desafío. Sólo conocía a dos jugadores como Rovere y Flores», expresó a El Trébol Digital.
«Estudié al equipo, luego a los rivales y acepté el desafío. Había un potencial tremendo y un club con una gran ilusión al igual que el pueblo. Estoy muy agradecido por como me trataron», indicó el DT.
La final tuvo de todo en los 180 minutos jugados, que terminó con el resultado 5 a 2 a favor del «Rojo». «Se dieron muchas particularidades. En la primera final arrancamos perdiendo. Después nos expulsan dos jugadores y cambió todo, el plantel, la planificación, todo. En ese momento les dije dos cosas, que se calmen por un lado, porque en ese estado podíamos perder la serie ahí mismo, y que con nuestras armas, no regaláramos el terreno y los espacios, que tuviéramos la pelota y gracias a Dios se dio. Salimos fortalecidos de lo que vivimos».
La semana previa al Parque 23 de junio
Tras el 3 a 1 en María Susana, había que esperar 7 días e ir a jugar al Parque 23 de junio. «En la semana, hubo que trabajar sacándole la presión a los jugadores. Había que enfocarse, que antes de las 7 de la tarde, había un partido y había que concentrarse en eso, dejando de lado la euforia y la ilusión de lo que se vivía. Por eso, el primer tiempo fue así, dominando, convertimos pero en la salida del segundo tiempo, tuvimos 20 minutos duros, no manejamos lo pelota y nos descontaron. Después nos acomodamos nuevamente y hasta merecimos marcar algún gol más».
Y agregó: «Dios te pone estas cosas enfrente. Yo soy muy creyente. Salí de mi club tras dos años y medio, se dio esta oportunidad y desde el primer momento me entusiasmó la ilusión de la gente. Me empapé de todo y me movilizó lo que viví, hay un grupo de jugadores con una nobleza tremenda».
