Faltando tres días, se lesionaron dos jugadores de altísimo goleo. Secchi y Castonjauregui no iban a ser de la partida en el último partido de la semifinal de la ACBOS. Y 24 hs. antes del cotejo decisivo ante Juventud Unida, fue Maxi Celotti el que se quedó afuera por una dolencia lumbar.
La semana había sido dura, durísima, para las aspiraciones de Matías Fontanesi y Ramiro Giannetti, y se venía un rival, que en su cancha había igualado la serie con autoridad.
Pero cuando se trata de defender los colores del «Cele», los jugadores no se intimidaron. La visita llegó con bombos y mucha gente a alentar, pero el equipo, comandado por el «Pela» y el «Rami» sabía lo que tenía que hacer.
La semana no había sido fácil. Se empezó a laburar el domingo a la tarde. Y ahí, la dupla de coaches empezó a desentramar la épica para un partido que debía jugarse de manera especial.
Un día antes de la final, Matías acudió a su viejo mariscal de campo, el «Tucu» Flores, que no jugaba desde hacía varios meses. «Te necesito», le dijo. «Ahí voy a estar», le respondió Gonzalo a su coach.
El primer cuarto fue puro nervio. Trebolense lo ganó 12 a 11 neutralizando el ataque de la visita. En segundo, fue idéntico. Trebolense se fue al vestuario ganando 26 a 21 con un Arias intratable. El pibe Joel Flores entró desde el inicio. ¿Miedo? ¡Nunca! Guapeó cada pelota no se dejó amedrentar mostrando una templanza enorme.
El partido ganó en intensidad en el tercer tiempo. Vicario y Ferrari no estaban en su noche, pero cambiaron goleo por entrega y triples marrados por mucho sacrificio.
Juventud Unida pasó ganar por 5 puntos y ahí, volvió la estirpe de Trebolense. Se agigantó Flores, Arias volvió a meterla de todos lados y Ferrari y Alfaro fueron letales ante la desazón del rival. ¡¡¡Triple de Ferrari!! ¡¡Robo y volcada de Alfaro!! Estiletazos letales al corazón del rival.
Y así, Trebolense escribió una nueva historia sobre como ganar con épica, con garra, con tesón y con personalidad. Fue 53 a 41 con un cuarto tiempo arrasador. En medio de un festejo interminable bajaba de la platea el viejo «Treboleé, Treboleé», que tapó todo grito rival.
Se revolearon camisetas, se multiplicaron los abrazos, se gritó al cielo y se lloró de emoción.
Cuéntenla como quieran…Trebolense otra vez es finalista de la ACBOS, el resto, se puede comprar con Mastercard.