Alejandro Montagna y Marcelo Vives, oriundo de San Genaro, buscaban romper con una marca que los tenía obsesionados y decidieron que tenían que quedarse con el salto nocturno en caída libre más alto de todos los tiempos. Luego de trabajar durante un año, y con una gran inversión de por medio, lograron hacerlo: saltando desde una altitud de 13.000 metros y alcanzando el récord mundial.
El salto
Los argentinos hace 25 años que viven obsesionados por experimentar una y otra vez la sensación inexplicable de saltar desde un avión a miles de metros de altura y en caída libre, como pájaros sin alas. Pero una cosa es hacerlo desde los 2.000 o 3.000 metros, que es la experiencia “normal” y otra irse hasta la estratósfera, enchufados a tubos de oxígeno y en un avión que parece un cohete porque puede subir hasta superar los 12.500 metros de altura.
Percances
Los argentinos tuvieron algunos inconvenientes a la hora del aterrizaje. “A pesar de los vientos cruzados, bastante fuertes a baja altura, Taylor y yo logramos aterrizar a pocos metros de las balizas. Marcelo (Vives), que por procedimiento tenía que abrir 300 metros arriba nuestro, tuvo dificultades para llegar y por muy pocos metros no aterriza sobre los árboles. Me mostró el video, y literalmente aterrizó a 5 metros del fin del bosque. Eso pudo haber sido un problema”, agregó Alejandro.
“A Marcelo en la salida se le volaron los cubre guantes. Y al momento de la apertura tenía las manos casi congeladas. Apenas pudo agarrar los comandos. Llegó con los dedos un poco azules, pero nada grave. No pudo encender la linterna de 10,000 lumens que tenía en la pierna, para poder ver dónde aterrizaba en caso de estar fuera de la zona como le pasó. O sea que vio los árboles a escasos segundos de tocar el piso. Pero como tiene un dios aparte, zafó”, añadió el ingeniero industrial, master en Finanzas en Harvard, padre de dos hijos.
Ambos lograron este récord junto a otro experimentado paracaidista: el norteamericano Tylor Flurry. Apenas pasadas las 3.20 de la madrugada -hora argentina- despegaron desde el aeródromo WTS, cercano a Memphis, Tennessee, y se dejaron llevar por la aventura, cayendo desde la estratósfera. Ya pasadas las 4 de la mañana estaban en tierra firme y celebrando el récord.
Fuente: Infobae