Un hombre de 44 años fue condenado a través de un juicio abreviado a 12 años de prisión, por el abuso sexual de su hija en la localidad de Garibaldi.
El caso tuvo gran repercusión a fines de 2022, cuando la niña y su madre no llegaron al turno que tenían en el hospital Iturraspe para interrumpir el embarazo que cursaba la niña producto de las agresiones sexuales. Hoy, aún se investiga la intervención que tuvo la Asociación Civil Grávida en este caso.
La condena a G.A. (se publican las iniciales para preservar la identidad de la menor) fue impuesta tras un acuerdo entre la fiscal de la Unidad de Violencia de Género, Familiar y Sexual, Alejandra Del Río Ayala, y la defensora del acusado, Marcela Alejandra Rinero.
El juicio abreviado se concretó ante el tribunal conformado por los jueces Jorge Patrizi, Pablo Busaniche y Leandro Lazzarini, que evaluaron los extremos y dictaron sentencia.
G.A. pasará 12 años en prisión como autor del delito de abuso sexual con acceso carnal calificado con el vinculo, la guarda y la convivencia en concurso ideal con promoción a la corrupción de menores agravada por la. edad, el vínculo, la guarda y la convivencia.
Abusos reiterados
La investigación comenzó el 19 de diciembre de 2022 con una denuncia que radicó la mamá de una niña de 12 años; la mujer ya había denunciado a G.A. seis meses antes por violencia de género, lo que generó que ella y los hijos en común que tenía con G.A. se refugiaran en un un hogar para mujeres víctimas de violencia de género.
Luego de unos meses, la mujer y sus hijos volvieron a vivir en Garibaldi, y comenzó a percibir cambios físicos en su hija, por lo que la lleva a una consulta médica. Allí supo que la pequeña estaba embarazada, y la niña expresó: «Fue papi».
El hombre fue detenido, imputado en tribunales y se dictó la prisión preventiva a principios de enero de 2023. Mientras tanto, se abrió una investigación para determinar la intervención que tuvo la Asociación Civil Grávida en el proceso, ya que la menor y su mamá no habían llegado al hospital para que se concretara la interrupción legal y voluntaria del embarazo de la niña abusada, situación que se resolvió algunos días después de lo previsto.
La menor mantuvo la acusación contra su progenitor durante toda la investigación, hasta que se conoció el resultado del análisis de ADN practicado; el responsable del embarazo no había sido G.A., pero era alguien de su círculo familiar:; un hermano de 14 años, que había presenciado los ataques sexuales de su padre a la niña. Las entrevistas que forman parte de la investigación dieron cuenta de la violencia diaria y extrema que desplegaba G.A. sobre sus hijos.
Al momento de dictar sentencia, el tribunal entendió que «el plexo probatorio reunido resulta suficiente para tener por acreditado certeramente el hecho atribuido en la forma en que fuera solicitado por las partes, como así también la autoría en cabeza del imputado».
Fuente: Aire de Santa Fe