El Municipio local, junto a una Red de cambio, llevan adelante un trabajo profundo, que pretende devolver el atractivo comercial, cultural y nocturno de una localidad que supo ser la gran atracción de la zona.
La ciudad de El Trébol, en el departamento San Martín, supo ser, décadas atrás, un centro de atracción gastronómico, comercial y cultural que convocaba a una vasta región, con sus eventos, su centro comercial y sus tiendas.
Sin embargo, los avatares de la economía, la falta de inversión en infraestructura durante años y factores sociales diversos, fueron relegando a esta localidad, haciéndole perder su atractivo tan particular.
El Municipio, a través de la nueva gestión, con la intendente Natalia Sanchez, decidió encarar la problemática. En la búsqueda de respuestas a la realidad que se vive, apareció PIL, un programa de innovación local a nivel internacional y con ello, un proceso que derivó en encuestas, entrevistas y focus groups con comerciantes, propietarios de tiendas, bares y personas influyentes locales.
El camino hacia una nueva ciudad
“Empezamos a escuchar a la gente, al comerciante y al gastronómico. Algo que nos faltaba. Primero armamos un grupo, con integrantes del municipio y externos. Y empezamos a tener jornadas en las que escuchábamos, debatíamos y se comenzaron a generar ideas y propuestas”, cuenta Sanchez, la intendente de la ciudad.
Así nació la red de cambio, con mayoría de comerciantes que expuso la necesidad de levantar el techo de ventas atrayendo a la gente de la región, aquejados por las ventas on line que atentan contra las tiendas físicas.
“Nos acercaron la necesidad de generar atractivos para que la región regresara a la ciudad. Desde mejorar la iluminación en los diversos centros comerciales que se fueron creando, hasta transformar los accesos de El Trébol, en espacios que inviten a ingresar a la ciudad”, destacó Sanchez.
Ese sentido de pertenencia
Otra de las cuestiones que surgieron de las reuniones, fue la necesidad de recuperar el sentido de pertenencia de una ciudad que supo ser líder y que había caído en una especie de aletargamiento.
“Nos encontramos, como ciudadanos, repitiendo muchas veces que en El Trébol “no pasada nada” o que “está oscuro” o que “no hay un lindo lugar para comer”, cuando en realidad no es así. La verdad es que ningún pueblo de la región, tiene las cosas que tiene esta ciudad. Bares, restaurantes, espacios verdes, industrias que exportan, fábricas de helados artesanales de óptima calidad, tiendas preciosas y dos clubes de primer nivel con una infraestructura que no se ve fácil en el país”, señala Francisco Díaz de Azevedo, del equipo de trabajo de Sanchez.
Otro integrante del equipo, Bruno Biagioni, manifiesta: “Después de este proceso, llegamos a la conclusión de prototipar dos acciones. Por un lado, ideamos una campaña para generar sentido de pertenencia, destacando todo lo bueno que tenemos, que a veces no nos damos cuenta, porque nadie es profeta en su tierra. Por otro lado, como gobierno, tomarnos el compromiso de trabajar en infraestructura e iluminación, para volver a jerarquizar diversos sectores de la ciudad, entre ellos la zona de los accesos”.
Acciones que se desprenden del proceso
Las diversas charlas y reuniones, comenzaron a generar acciones positivas aisladas en comerciantes, fundamentalmente, gastronómicos de El Trébol. “Nos encontramos, que, en la zona céntrica, varios bares y heladerías, que fueron entrevistadas por nosotros y con quienes hablamos mucho de la situación, comenzaron por ellos mismos a mejorar sus veredas, cartelerías y a hacer dársenas, que impactaron positivamente en la estética”, cuenta la intendente y agrega: “Este tipo de acciones, nos alentó a seguir, nos dio fuerzas, nos inspiró y nos alentó a ver que vamos por el buen camino. Hay mucho por hacer”.