Casi llegando al cierre de la campaña agrícola 2022/23, un trabajo del experto de Fundación Mediterránea, Juan Manuel Garzon, dimensiona el impacto directo de la fuerte caída de producción generada por la sequía sobre las economías de las distintas provincias.
Para el informe, el economista utilizó estadísticas oficiales de granos producidos en cultivos de invierno (trigo, cebada) y se realizan estimaciones propias para el caso de los cultivos de verano en los que aún no se cuenta con datos finales (soja, maíz, sorgo, girasol y maní).
Pero, además, determinó los ingresos brutos generados en esta campaña y la previa, para los distintos cultivos bajo análisis y la caída de ingresos inter-campaña se pone en perspectiva al nivel de actividad económico (PIB) de cada jurisdicción subnacional.
Volúmenes producidos en el ciclo 2022/23
Con las cosechas de soja y girasol finalizadas y un avance de más del 70% en las cosechas de maíz y sorgo,1 se está terminando un ciclo agrícola 2022/23 que no será bien recordado por los productores de las distintas regiones del país.
Consolidando los 7 granos más importantes, la producción podría estar ubicándose en los 85 millones de toneladas, una cifra que se ubica 38% por debajo del ciclo previo y que representa una pérdida de volúmenes del orden de los 53 millones de toneladas. El único antecedente reciente de un golpe tan fuerte en la producción de granos del país se encuentra en la campaña 2008/2009, en la que se perdió el 37% de la producción (unos 35 millones de toneladas).
Valor de la cosecha, a precios de exportación y precios internos
Tomando como referencia precios medios de exportación de ciclos comerciales de los distintos cultivos (que incluyen valores FOB ya observados y precios de operaciones de entrega de mercadería en meses próximos), el ciclo agrícola 2022/23 se estaría aproximando a un valor de mercado de USD 33,4 mil millones, que compara contra USD 59,1 mil millones del ciclo previo (USD -25,6 mil millones), una caída del 43%. Nótese que la pérdida de valor de cosecha supera, en magnitud, a la de volúmenes antes mencionada, reflejando que los precios de venta están en el promedio levemente por debajo de los del ciclo previo.
A precios internos (valores FAS Rosario, aquellos que ya tienen descontados los gastos comerciales y los impuestos), el valor de la cosecha se aproxima a USD 26 mil millones, un 40% menos que en el ciclo previo (USD 43,6 mil millones); los precios internos reflejan mejor que los precios de exportación el flujo de fondos que genera la venta de los granos en las finanzas de los productores y en los recursos que fluyen hacia las distintas zonas productivas.
Nótese que, a precios internos, la cosecha de este año genera USD 17,6 mil millones menos que la del año pasado, una cifra de una magnitud muy importante, se trata de recursos que no dispondrán las zonas de producción.
¿Cómo puede impactar la caída de producción en las provincias?
Como se mencionase, la menor producción de granos, ya sea por pérdida de área cosechada y/o rindes por debajo de los normales, implica menores recursos para el productor agrícola.
El actor económico que organiza y lleva adelante el proceso productivo tomando riesgos, es quien se ve afectado directa y principalmente por la sequía, con los matices que pueden generar diferentes características estructurales y/o modelos de negocios (dueño de la tierra sobre la que se trabaja o no, propietario de la maquinaria que se requiere para las distintas labores o no, empresa de escala pequeña o grande, empresa agrícola pura o una empresa mixta, etc.).
Por otra parte, en lo que hace al impacto territorial, puede intuirse que las regiones más afectadas serán aquellas en las que se lleva adelante la producción. Los canales de transmisión son múltiples, pero el más relevante es que las empresas, sus titulares y/o sus empleados, suelen residir en la propia región y por tanto una cosecha fallida implica menores recursos para gastar (en bienes y servicios de la región).
También es razonable pensar que la menor demanda de servicios comerciales y de transporte (por la pérdida de volúmenes) afectará a muchos prestadores de la propia región o que la demanda de inversión decaerá hasta tanto se recupere liquidez y capital perdido, lo que implica menor trabajo para proveedores de bienes de capital, insumos, servicios profesionales, técnicos, comerciales, etc. muchos de ellos de la propia región; finalmente, la recaudación de impuestos de gobiernos locales y sub-nacionales difícilmente salga ilesa de todos estos ajustes antes mencionados.
En suma, los ingresos no generados en la producción de granos de una región afectan las demandas de consumo e inversión y, por tanto, el nivel de actividad económica de la propia región, en una relación a priori difícil de cuantificar, que no necesariamente será 1 x 1, pero sí puede ser una relación alta.
¿Qué producción de granos lograron las provincias?
La SAGyP ya determinó lo sucedido con la producción de principales cultivos de invierno en cada provincia en el ciclo 2022/23, presentando estadísticas al respecto. En lo que hace a los cultivos de verano, no se cuenta todavía con el veredicto del organismo oficial (se deben terminar de cosechar algunos cultivos), pero sí hay relevamientos y estimaciones parciales de las Bolsas (Bolsa de Comercio de Rosario, Bolsa de Cereales de Córdoba, Bolsa de Cereales de Buenos Aires) que permiten tener una foto más o menos nítida de lo que puede haber sucedido.
En términos generales, esta información preliminar indica que las caídas de producción habrían sido más fuertes en las regiones pampeana y del litoral que en las del Norte (NOA, NEA), y que, dentro de las primeras, los problemas habrían sido más graves en las provincias de Córdoba, Santa Fe y Entre Ríos; en cuanto a zonas, algunas cerrarían con mayor impacto que otras, como el sur de Santa Fe, el norte de Buenos Aires, el sudeste de Córdoba, también hay matices entre cultivos, con algunos más dañados que otros (por caso, el maíz terminaría mejor parado que la soja).
En función de toda la información disponible se realiza una estimación de la producción de las provincias en el ciclo 2022/23, para de esa forma determinar luego en cuáles de ellas se estarían perdiendo más granos respecto de la cosecha previa.
En el caso de Buenos Aires, y considerando 7 cultivos líderes, la producción pasaría de 47,0 millones de toneladas a 30,2 millones, una caída del 36% y una pérdida de 16,8 millones de toneladas.
Córdoba estaría perdiendo 17,1 millones de toneladas, la provincia más afectada por la sequía en términos absolutos, con un retroceso del 45% interanual. Santa Fe habría tenido un retroceso de 11,5 millones de toneladas (desde 20,3 a 8,8 millones), un ajuste del 57%, el más alto de todas las provincias. Santiago del Estero, en cuarta posición y mejor parada en esta campaña, presentaría un ajuste del 22%.
A partir de la producción estimada, se procede a valorizar la campaña de cada jurisdicción suponiendo, en todos los casos, los mismos precios de venta (valores FAS Rosario promedios de cada ciclo comercial).5
El valor de los granos producidos en el ciclo 2022/23 en la provincia de Buenos Aires se aproximaría a USD 9,2 mil millones, en Córdoba a USD 6,5 mil millones, en Santa Fe USD 2,9 mil millones y en Santiago del Estero USD 2,3 mil millones; las dos primeras provincias estarían resignando USD 5,7 mil millones y USD 5,5 mil millones respectivamente, en relación al ciclo 2021/22; Santa Fe USD 3,7 mil millones, Entre Ríos USD 1,0 mil millones, Santiago del Estero USD 0,7 mil millones y La Pampa USD 0,6 mil millones.
Dado que el tamaño de las economías provinciales difiere considerablemente, los montos antes presentados se ponen en perspectiva al PBG provincial; se estima el PBG 2022 de cada provincia a partir de su participación en la economía nacional (según CEPAL 2022)6 y el PIB Nacional. Como referencia, de acuerdo a las estimaciones de CEPAL, la provincia de Buenos Aires generó el 32,5% del PIB Nacional del 2021, Córdoba el 8,7%, Santa Fe el 8,1% y Santiago del Estero el 1,8%.
Las estimaciones indican que, en términos del tamaño de su economía, la pérdida de ingresos más alta se da en Córdoba, con una diferencia de valor de mercado de los granos producidos en el ciclo que es equivalente a 10 puntos porcentuales del PIB provincial estimado para el 2022; le siguen La Pampa, con un impacto de 9,0 puntos del PIB, luego vienen Santa Fe y Santiago del Estero con 7,3 puntos y 5,9 puntos del PIB.
Nótese el caso de Buenos Aires que, si bien se trataba de la provincia que presentaba la mayor pérdida en términos absolutos, la situación se suaviza cuando se analiza en relación al tamaño de su economía, en este segundo indicador, se ubica en la posición N°6 (2,8% del PIB).
Fuente: ECOS 365