Alegato de la Fiscalía por el caso de Carlos Bosso, María Isabel Salinas y la hija de ambos, Mariana

El fiscal general de la Unidad de Derechos Humanos de los Tribunales Federales de Rosario, Adolfo Villatte, que continuó con el alegato final de la acusación en el cuarto tramo de la denominada «causa Guerieri», abordó este lunes 26 de junio el caso del secuestro de «Carlos Alberto Bosso, María Isabel Salinas y Mariana Bosso Salinas» y el asesinato de los dos primeros durante la última dictadura cívico militar, ocurrido en 1977.

La inclusión de Mariana Bosso en la exposición del caso obedece –como lo ocurrido con otros menores secuestrados con sus padres o testigos de su captura, asesinato o tormentos– a apuntalar la solicitud de ampliación de las imputaciones a los procesados como responsables de estos actos de terrorismo de Estado para que la sentencia que sobrevenga del Tribunal Oral Federal Nº 1 que preside la jueza Mariela Emilce Rojas incluya el daño ocasionado a estos entonces menores, algunos de ellos de pocos meses como Mariana cuando ocurrieron los hechos que se analizan.

Esta petición, presentada originalmente por la abogada Nadia Schujman a la que adhirieron las otras letradas que actúan como querellantes en representación de las víctimas y fue asumida por la Fiscalía, se basa en lo que técnicamente se denomina «delito continuo», por ser estos menores impedidos de recibir asistencia por parte de sus padres secuestrados, quienes tampoco pudieron ejercer su guarda por la situación que estaban atravesando y que concluyó con su asesinato a manos de sus captores.

Uno de los defensores particulares de algunos de los procesados ya adelantó que lo ocurrido a estos chicos debe ser encuadrado como «delito autónomo» y considerado en un juicio aparte, lo que resulta de incierta posibilidad debido a que la mayoría de los imputados son octogenarios –y algunos nonagenarios– y tal vez no lleguen con vida a ese hipotético nuevo juicio dado el tiempo que lleva prepararlo.

Sobre lo ocurrido con el secuestro de Mariana y sus padres el alegato de la Fiscalía confirma lo publicado en el libro «Carlitos y Mary», de 2013. También lo que se dice en el libro «Mirar la tierra hasta encontrarte”, de Hugo Kofman, donde se relata la búsqueda y hallazgo en el campo militar San Pedro de la fosa clandestina con los restos de Bosso, Salinas y otros seis desaparecidos.

En cuanto a lo que cuenta el libro «Carlitos y Mary» –que puede ser solicitado en la biblioteca del Café Literario El Quijote del Centro Cultural Cervantes–, el desarrollo del juicio en el que se trató este caso junto con el otras 114 víctimas del terrorismo de Estado permitió precisar que Carlos Bosso, su esposa y la hijita de ambos estuvieron cautivos en el centro clandestino de detención La Calamita, en Granadero Baigorria, operado por el Destacamento de Inteligencia 121, luego de ser secuestrados por militares y civiles integrantes de una de las «patotas» de la represión que operaban en Rosario y zona.

Por este caso están siendo juzgados el ex teniente coronel Pascual Guerrieri, el ex capitán Jorge Alberto Fariña (a cargo del CCD La Calamita), el ex teniente primero Marino González (ya condenado en otro juicio por apropiación y sustitución de identidad de menores), el ex teniente Juan Daniel Amelong y los PCI (Personal Civil del Ejército) Ariel Antonio López, Rodolfo Daniel Isach, Walter Pagano y Eduardo Constanzo.

El juicio continuará con los alegatos de las querellas y las defensas de los procesados y se cerrará con las últimas palabras de estos imputados, tras lo cual se conocerá el fallo del tribunal que junto a la doctora Rojas –camarista de Paraná– completan los magistrados cordobeses Jaime Díaz Gavier y María Noel Costa.