Franco Casañas tuvo su partido homenaje y despedida del fútbol.
El “Mostro del gol” o el “Beto”, como le dicen, se despidió de la actividad en Trebolense, tras jugar en el club desde el año 2007 – con lapsos en Bolivia, Sastre y Americano – haber metido 220 goles con la del “Cele” y 247 en su carrera.
La institución, le preparó una velada plagada de sorpresas y emociones en la cancha que lo vio hacer tantos goles.
Con un gran marco de público, la jornada se dividió en dos partidos de 50 minutos, con figuras, familiares, jugadores en actividad y amigos del «Beto».
El recibimiento fue en el círculo central entre volcanes de papelitos plateados, humo celeste y blanco y el ingreso con sus hijos Samuel y Yudith.
En el campo, también estaba su esposa, su hermano, sus padres y gran parte de su familia.
En la velada, disputada en el Estadio Centenario, se jugaron dos cotejos. Primero se midieron Liga San Martín ante “Amigos de Franco”, con el resultado a favor de los primeros 5 a 1. El “Beto” jugó para los dos y convirtió para ambos, con el toque especial que Samuel, su hijo, jugó el segundo tiempo y no sólo anotó goles, sino que, además, asistió al padre en una de las conversiones.
Entre los amigos, jugaron varias figuras de la liga de ayer y de hoy. Germán Lemos, Franco Tamagna, Néstor Dell Orto, Carlos Rodriguez, David Buossi, Leo Gorostiza, Lisandro Dellavía, Alejandro Togachinsco y Mauricio Vaschetto, fueron algunos de los amigos que se sumaron a la partida.
También jugó su hermano Walter Casañas.
En el segundo cotejo, se enfrentaron Trebolense campeón 2008 ante Trebolense campeón 2012. Figuras recordadas como el “Pipi” Rodriguez, Germán Castillo, el “Yiyo” Ladner y Leo Bravo, se sumaron a los locales de cada uno de esos equipos.
Carlos César, el eterno masajista del “Cele” ingresó en el segundo tiempo y marcó un gol de penal compartido con Franco y en el epílogo, el “Puma”, Martín Boasso, dejó la dirección técnica y se metió al juego.
El anecdótico resultado, fue 4 a 2 para la 2012.
Los árbitros invitados fueron el “niño” Gación, Ariel Lucero, Gustavo Franco y Norberto Moyano.
Con gran emoción, el “Beto” recibió una plaqueta en manos del presidente de Trebolense, Federico Brussa; una camiseta Nº 9 en manos de Rubén Molinero y Daniel Bacci; un arco forjado en metal de Carlos César, una casaca de árbitro de los referees del encuentro y obsequios de la familia.
“Dejé todo por este club y le agradezco este partido, que para mí fue soñado. No pude dormir en toda la semana de la ansiedad y los nervios”, señaló el “Mostro del gol” entre lágrimas, en el cierre de lo que fue, sin dudas, una noche mágica.