“Jacinta, un trébol, las bolitas y la sonrisa de cada niño”

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“Aquí le mando un trébol de cuatro hojas de mi humilde casita, suerte y gracias. Bendiciones y felicidades”, reza de puño y letra, esa carta de papel, de esas que ya no se ven.

La carta, está fechada el 22 de agosto. La hoja, rayada, doblada en ocho partes, llegó a la ciudad en un sobre, con estampilla de correo argentino, como en aquellas épocas, que íbamos al buzón a dejar un puñado de textos para un ser querido.

La frescura y la esencia de su letra y el lápiz de mina bien finita, cubre de dulzura cada frase, cada párrafo, cada punto.

Jacinta Gross, es la autora de la carta, que llegó para “Municipalidad El Trébol. Sra: Natalia  Intendente”. Como dice el sobre. Sólo la estampilla, amarilla y azul, rompe con el texto, que también describe la dirección del Municipio.

Jacinta, tiene 80 años y vive con su esposo de 89 en un barrio de la ciudad de Santa Fe. Su hobby es escribirle cartas de puño y letra a personas que ella misma elige. En tantos años, logró que sus cartas llegaran a manos de personalidades tales como Susana Gimenez o Mirta Legrand.

“Mis allegados me dicen que porqué gasto tanta plata en cartas, pero yo les digo que es mi jubilación y yo hago lo que quiero con ella”, supo decir años atrás. Nunca escribió un e mail. “Me gusta la carta de puño y letra, lleva la emoción de lo que quiero expresar”, señaló la santafesina.

Entonces, en su carta escribió: “Mis deseos son, a través de esta cartita, que se encuentre gozando de buena salud, junto a todos sus seres queridos”, comienza diciendo el trozo de papel.

El sueño de ella, es que cada día, su familia amanezca con una sonrisa. A pesar de los tiempos, a pesar de las vicisitudes y a pesar de los días duros que nos toca vivir en Argentina.

Un día, Jacinta se enteró, gracias a la los medios y su llegada sin fronteras, que el Municipio de El Trébol había articulado acciones para reciclar vidrio de los residuos, para hacer bolitas a través de la fábrica sanjorgense «Tinka».

Con su jubilación, ella apenas llega a fin de mes. Tienen nietos y biznietos y en la carta, Jacinta le pidió a Natalia, se podía enviarle una bolsita de bolitas para regalarle a los pequeños y arrancarles una sonrisa. “Me conmovió su carta, su pedido, su simplicidad y su humildad, así que la llamé y hablamos un rato largo”, señaló la intendente de la ciudad visiblemente conmovida.

Con las bolitas ya en viaje hacia la capital de la provincia, la carta se volvió a doblar en 8, y volvió a su cuna de papel llamado sobre. Y quedó en el cajón en el que la intendente de El Trébol, guarda sus cosas más profundas. Como la de un corazón enorme, que, desde Santa Fe, le pide a un funcionario, un paquete de bolitas, que traen atadas, un racimo de sonrisas, para los niños, que día a día, alegran el patio de su casa.

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