La comuna de Piamonte, en el departamento San Martín, lleva cuatro años de intensos trabajos referidos a infraestructura vial en el ejido urbano.
Se trata de uno de los ejes de gestión del gobierno local, que señala que «no debe quedar un sector del pueblo sin acceso a un ripio o un pavimento».
«Estamos trabajando intensamente con la infraestructura vial. Estamos avanzando enormemente, tenemos 150 manzanas y contamos con un a planificación para tener el triple de los habitantes que tenemos», expresó a este medio, Carlos Bongiovanni, presidente comunal de la localidad y agregó: «Hoy tenemos un 60% de la población que tiene pavimento, asfalto o afirmado. Son pocos los lugares que hoy no tienen acceso al ripiado. Nos falta un 40% y trabajamos de un lado a otro del pueblo para que no quede un lugar sin que el vecino no tenga una solución en los días de lluvia o el mal clima».
Bongiovanni se mostró convencido en aseverar que la única manera de poner en valor a cada sector del pueblo, es con obras públicas que sumen calidad de vida a los piamonteses. «Merecemos que cada barrio tenga valor, trabajamos alrededor del club de la localidad con cordón cuneta, ripio y cemento. Agregamos semáforos, vadenes y lomadas y así vamos completando cada espacio, pero es una tarea costosa, que necesita dedicación, esfuerzo e ingenio».
También, con programas nacionales, la comuna completa obras de infraestructura en cada sector del casco urbano. «Con Nación, estamos llevando a cabo el convenio «Argentina Hace» para 20 cuadras de cordón cuneta y mejorado para el sur de la localidad», destacó el funcionario.
Iluminación y preensamblados
Pero no sólo el trabajo se centra en las arterias de Piamonte. La comuna también optó por mejorar la conectividad eléctrica y la iluminación en los barrios. «Con la EPE estamos trabajando con el recambio de más de 300 postes para mejorar y renovar todo el tendido de preensamblado. Es un trabajo a largo plazo, pero vamos avanzando cuadra por cuadra. Por otra parte, no paramos de iluminar con led en las calles. Empezamos hace 4 años y no nos detuvimos. De a poco, vamos reemplazando los luces de sodio antiguas por esta nueva tecnología y los cambios son abismales en seguridad y en estética», expresó, convencido, Bongionanni.
