Por Ruben Adalberto Pron
El fracaso en el intento de recuperar las Malvinas por la fuerza y las movilizaciones populares pusieron en retirada a la última dictadura cívico-militar argentina, que dejó un saldo de miles de secuestrados y desaparecidos, la destrucción de gran parte del aparato productivo nacional y el endeudamiento externo más importante, sólo superado en 2019, antes de la asunción del actual gobierno.
El “Proceso de Reorganización Nacional” y el plan económico llevado a cabo por José Alfredo Martínez de Hoz llevaron al país a una ruina de la que sólo se podía emerger con la restauración democrática.
Raúl Alfonsín, la figura carismática de un radicalismo renovado y alineado con la socialdemocracia europea, fue el triunfador de las elecciones de octubre de 1983 que en El Trébol se replicaron con la consagración del contador Ángel Mateo Rosi como primer presidente comunal de la nueva era democrática.
Ejercería el cargo por el período constitucional de dos años y lo revalidaría en cinco ocasiones más como intendente del municipio luego de que la localidad fuera elevada al rango de ciudad en 1984.
De este modo convertido desde 1985 en jefe del Departamento Ejecutivo, debió compartir responsabilidades con los miembros del Concejo Municipal que se fueron renovando o ratificando a medida que vencían sus mandatos, siempre por decisión de la voluntad popular.
La larga gestión de Rossi concluyó en 2005, cuando el electorado trebolense decidió transferir al justicialismo el apoyo que hasta entonces le había prestado al radicalismo.
Quien lo reemplazó en el sillón de la Intendencia fue Fernando Almada, un docente y director de la Escuela de Educación Técnica 343, cuyo mandato fue respalda en otras tres ocasiones y vencerá este 10 de diciembre cuando transfiera el gobierno de la ciudad a la doctora Natalia Sánchez, médica y primera mujer al frente de la administración del municipio.
Las relaciones entre los titulares del Departamento Ejecutivo y los miembros del Concejo Municipal fueron, como en la mayoría de los casos, fluidas en algunos momentos, más conflictivas en otros, según se diera el juego de mayorías y minorías, casi siempre hegemonizadas por los representantes de la UCR y sus aliados. Pero también hubo rupturas y realineamientos al interior de los bloques parlamentarios, como ocurre en todos los cuerpos legislativos.
Lo importante, en un marco mucho más abarcativo como lo es el escenario nacional, es que la democracia se ha venido afianzando y se sostiene desde hace casi ocho lustros y los gobiernos locales no han tenido más cuestionamientos que los sobrevinientes de la legítima lucha política en la que la última palabra la tiene siempre, en cada consulta electoral, la voz del pueblo.
Una síntesis
Para cerrar este repaso por la historia institucional de la ciudad, valga decir que los presidentes comunales designados por el Poder Ejecutivo provincial hasta la reforma electoral de 1913 fueron 17.
Desde esa fecha, los elegidos por el pueblo fueron 14, los interventores nombrados por gobiernos constitucionales 8 y otros tantos los designados por las dictaduras que usurparon el poder desde 1930.
Los intendentes municipales fueron dos hasta el presente y una mujer será quien ocupe el sillón principal de la sede comunal de bulevar América y Rosario desde este viernes.