LA COLUMNA DE GILBERTO – «Barrilete cósmico, a qué planeta de fuiste?»

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No lo puedo creer. Se murió Diego, se nos fue el Dios de los futboleros. Qué increíble… Se fue Diego y nos conmociona. ¿Por qué nos conmociona? Porque Diego se fue siendo él y les juro que ya no puedo más.

Porque Diego nos regaló alegrías, fantasías, esperanzas… Mire si habrá sido grande que un tipo pateando una pelota traspasó fronteras, el que conocía todo el planeta, nos infló el pecho… Diego es el Diego de la gente, mas allá de todo y de todos. Una tristeza infinita, una tristeza que va mas allá de una lágrima o de un momento. Lo veíamos inmortal a pesar de todo. Nunca creíamos que se iba a morir y se fue.

Recuerdo los Domingos a las 11 esperando que la tele nos pase al Napoli. Recuerdo los Mundiales esperando verlo con su cinta de capitán, de himno sentido, de arenga fuerte y de dejar la vida. Y recuerdo una frase que una vez me dijo Don César Castagno, inolvidable maestro de fútbol infantil: “Mire, a Maradona lo critican pero nadie ha visto que ese pibe lo primero que hizo fue sacar a su familia de la pobreza, le compró una casita a sus papás. Después de eso, que digan lo que quieran”. Maradona apenas había ganado el Mundial Juvenil 1979.

Gracias por tanto Diego. Hasta siempre. La pelota está de duelo. No puedo evitar llorar. Se fue Diego. El jugador, el rebelde, el símbolo, el que enfrentó al poder, el 10 que tenía el sueño mas grande que era el de jugar por la Selección Argentina. El que apiló ingleses, el que levantó la soñada Copa, el que sufrió la fama, el de los mil errores, el de las mil peleas, el que no podía salir de su casa, el del tobillo morado, el que adelantó las porquerías de la FIFA de Blatter, el que les cortaron las piernas, el que resucitaba de sus oscuridades que parecían eternas, el de Villa Fiorito, el artista callejero que deslumbraba en los teatros mas inmensos, el hermano que sufría, el purrete que deslumbraba, el que se paró de manos ante gigantes, el increíble embajador del ser argentino, EL QUE GAMBETEÓ A TODOS, HASTA A LA POBREZA Y LAS MISERIAS HUMANAS.

Con talento y contradicciones. Verborrágico y pasional. Al fin y al cabo el mas normal del prototipo de los que nacimos por estas tierras bendecidas. Hoy no hay grieta. Todos somos el 10.

TE AMO DIEGO!!

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