La ciudad de El Trébol sufrió en carne propia una de las típicas tormentas de verano que hace algunos años empiezan a ser moneda frecuente en la región.
Si hablamos de números, fueron 10 minutos de vientos huracanados y 11 milímetros los caídos en medio de una granizada intensa. Todo comenzó a las 19 y 45 hs. Para las 20 hs ya ni llovía, aunque una dantesca tormenta eléctrica amenazaba desde los cuatro puntos cardinales.
Pero bastó para provocar destrozos masivos en diversos sectores del ejido urbano.
No se salvó ninguna especie. Ni las tipas, ni los paraísos, ni álamos, ni eucaliptus, ni fresnos, ni pinos. Un sinnúmero de árboles fueron arrancados de raíz y otros mutilados por los fuertes vientos.
Muchas calles quedaron cortadas por ramas y árboles caídos y por cables en el suelo.
El suministro eléctrico permaneció cortado mientras duró la tormenta. Luego, de manera paulatina se fue reestableciendo por zonas. El centro de la ciudad recién tuvo luz eléctrica promediando las 4 y 30 de la madrugada.
Personal de la EPE tuvo que trabajar intensamente con cables de media y alta tensión cortados.
Los Bomberos tuvieron una noche de extremo esfuerzo. Colaboraron en viviendas con voladuras de techos, galpones derruidos y el rescate de una familia que estaba en su auto en una cuneta por calle Corrientes al 1100.
Un árbol enorme se desplomó en la Escuela Cincuentenario, sobre la cerca que da al este, hacia calle Candiotti, provocando cortes de cables, roturas de infraestructura y obstaculizando la calle.
Un galpón voló por los aires en calle Perón y Colón terminó en medio del corredor asfáltico abollado como un papel.
El paseo aeróbico sufrió daños en luminarias y con la caída de grandes plantas.
Desde muy temprano, personal municipal limpia las calles, corta y mueve árboles caídos y despeja veredas.
«Fueron 10 minutos que provocaron varios incidentes. Colaboramos con vecinos, la EPE y la policía. Había vecinos muy asustados. Hubo una voladura de techos importantes como el de Avenido Perón. No hubo heridos y eso nos deja tranquilos. Hubo mucho daño material. No es fácil, todos llaman al mismo tiempo y el tiempo de trabajo es otro. Por suerte tenemos unos 40 efectivos y varios móviles y pudimos ayudar a todos con 5 dotaciones trabajando en todos lados».