Por Melisa Barrios
¿Llegaron todas bien? Si, ya llegue. Yo también. Estoy en casa….
Esas son las preguntas y respuestas que aparecen en los grupos de amigas. Y no de las pibas que viven en Buenos Aires, Rosario o Santa Fe. En cualquier grupo de acá de El Trébol. De las adolescentes y de las más grandes. No es exageración, es miedo a que una no llegue, a que pase a ser parte de las estadísticas de los femicidios.
En este medio, tristemente, muchas veces se contó e informó sobre la violencia de género, sobre los abrumadores números de mujeres que sufren esa violencia, sobre los femicidios que ocurren a diario en todo el país y en esta provincia.
Hace poco en el inicio del aislamiento, Verónica Soule, de 31 años, fue asesinada en Casas. Acá no más, a pocos kilómetros. La prendieron fuego y agonizó por varios días con el 88% del cuerpo quemado.
Hoy toca hablar de Julieta. Asesinada en Beravevú, a sólo 160 kms de El Trébol. Una comuna de algo más de dos mil habitantes.
Julieta salí de trabajar, iba en “bici” a su casa. No más de cinco cuadras. En ese trayecto fue intersectada, golpeada, violada, asesinada a puñaladas y enterrada en el patio del femicida. Un acosador, un violento, un psicópata que no toleró el NO, de una joven.
Podría pasar acá, cuando una mujer sale a hacer un mandado, cuando sale a trabajar temprano y todavía no amaneció. Puede pasar con una joven que va a visitar a una amiga, que va al club a hacer deporte. Puede pasar en cualquier momento.
Las denuncias por violencia de género, en El Trébol como en otro lado, son muchas. Son invisibilizadas por una sociedad que condena a la víctima. Que sigue preguntando ¿Por qué le pegan? Que afirma que le gustan los golpes, que algo habrán hecho. Que ante un hecho, cuestiona la vestimenta, o el lugar dónde se encontraba. Una sociedad que obliga a las mujeres a protegerse y a cuidarse, pero no cuestiona la educación del hombre. No obliga a cambiar la mirada machista. Sigue avalando el piropo, sigue creyendo que tener muchas mujeres y jugar con los sentimientos es de galán, sigue creyendo que la infidelidad del hombre es por necesidad y justifica, y que al revés, cuando la mujer es infiel es por “puta”.
Julieta
Otra mamá pidiendo que su hija sea la última, que no haya más muertes, que no haya más JULIETAS. Pero ante la inacción de IN-“JUSTICIA”, sabemos que en las próximas horas en alguna parte de la Argentina, otro hombre matará impunemente a una mujer.
Esto es lo triste, estos es lo que duele. Saber que las “personas de bien” no tenemos armas y manera de frenar esta pandemia; como hoy, no hay antídoto para frenar el COVID19. Con la diferencia, que el mundo está buscando la cura, el tratamiento. En la violencia de género son pocos los que buscan que los femicidios dejen de ser pandemia, dejen de pasar y se erradiquen.
18 muertes en Santa Fe
Son 18 mujeres muertas. Un número estadísticos que para algunos parece chico, poco y sin importancia. Pero para otros, son 18 historias de vidas que se truncaron, son 18 familias que hoy lloran a su ser querido. Son incontables las personas marcadas por la violencia extrema. Son cientos de personas que no pueden abrazar a esas 18 mujeres.
Hay que actuar como si una de esas 18 fuera tu hija, tu hermana, tu amiga, tu sobrina, tu vecina. Hay que actuar aún si no fue ese nada. Hay que decir basta de femicidios y violencias.
Hay que dejar de justificar a los femicidas y revictimizar a las mujeres. No hay motivos. HAY QUE EDUCAR A LOS HOMBRES PARA QUE NO SEAN ASESINOS. Para que el NO sea NO.
Del primero de enero al 26 de julio fueron ASESINADAS:
Florencia, Villa Constitución
Gabriela, Alejandra
Marisa, Villa Gobernador Gálvez
Daniela, Santa Fe
Noelia, Humboldt
Caren, Rosario
María Isabel, Rosario
Verónica, Casas
Romina, Santa Fe
Alicia, Rosario
Dominga, San Justo
Victoria, Santa Fe
Carolina, Reconquista
Cristina, Rafaela
María Lujan, Rosario
Gisela, Santa Fe
Rocío, Reconquista
Julieta, Berabevú
Seguimos diciendo #BastadeFemicidios #NiUnaMenos
Fuente de los femicidios: Mumalá
