Por Francisco Díaz de Azevedo
En el día 117 de cuarentena en la Argentina, la más larga del mundo, llegamos a un momento que a mi criterio es clave.
Con la gente cansada, harta, con problemas económicos para los que no pueden trabajar, pero con el triunfo hasta el momento de permanecer sin casos en la ciudad y en la región, se avecinan tiempos que serán determinantes en cuanto a la pandemia para esta región y para la ciudad.
El fin de semana, caminando por el Predio del Anfiteatro Ecológico, me sorprendió la cantidad de jóvenes y no tan jóvenes disfrutando del día de sol, tras una cruel semana de invierno.
Parecía un día de la primavera. Sin exagerar. La masa se movió hasta el lugar para compartir un rato con amigos, asados, charlas y gratos momentos. También hubo fútbol, mates, jarras con lo que llevan adentro y cero distanciamiento social.
Los círculos marcados por el Municipio, a la usanza de Central Park en New York de hace unos meses, pasaban inadvertidos. Por momentos, supuse que la gente creyó que eran los sitios para no pisar, como si ese lugar estuviera sembrado. Una lástima. En NY se respetaron a rejatablas, pero esto es sólo un detalle, no?
En ese mismo momento, a unos cuantos kilómetros de acá, en Marcos Juarez, pasaba lo que pasó. Una ciudad como la nuestra, sin casos de Covid positivo hasta el sábado, tuvo 24 de una vez, o al menos 24 detectados.
Un tirón de orejas! Un llamado de atención!
Voy a tratar de hacer una comparación con el fútbol, el partido y el campeonato que nos jugamos.
Imagínense que a nuestro equipo no le sobra nada, que estamos a punto de descender, pero como hicimos una buena campaña, si ganamos, podemos ser campeones. Suele pasar con equipos de malas temporadas que de repente hacen un gran año y pelean entre el título y el descenso.
Nosotros, sin casos de coronavirus, estamos ganando el partido, pero faltan algunos minutos. Aunque basta un gol del rival, el famoso bichito que nos aqueja, para que nos vayamos al descenso y todo haya sido en vano.
El partido no termina hasta que suena el silbato, se dice en términos futbolísticos. Acá, este cotejo no finaliza hasta no tener la vacuna. Hicimos un gran recorrido, pero estamos ganando con lo justo, 1 a 0. Si nos meten un gol, descendemos.
Porqué soy drástico así? Porque a Las Rosas, San Genaro y María Juana les metieron un gol en pleno momento de cuarentena Fase 1. Es decir, el virus no tuvo posibilidad de seguir contagiando. Había distanciamiento, cuidados y mucha conciencia. Hoy, si nos meten un gol, estando tan relajados, nos meten 24, 30 y 50, como a Marcos Juarez.
Soy claro? Hoy, con tanta reunión, con poco barbijo, con mates en grupos, con partiditos de pelota por todos lados, nos “llenan la canasta”. Yo no sé si los controles hacen lo que tienen que hacer, lo que sé es que está en cada uno de nosotros, no en el inspector.
Futbolísticamente hablando, vamos ganando 1 a 0 pero nuestra defensa está relajada y este virus es tan letal a la hora de contagiar como Messi, Ronaldo y Neymar juntos en el área rival.
Usemos el sentido común, aunque algún funcionario se mofe de mí por el término (las paredes hablan). Si nos queda poco, al menos hasta que se termine el invierno y vengan los calores, (momento al que el virus le cuesta más) cuidémonos. No falta mucho. Hicimos 99, entonces hagamos 100!
Desde este medio apoyamos mociones para que los kioscos abrieran hasta más tarde, para que las florerías atendieran los fines de semana, para que se extendieran los horarios de los comercios, para que abran los negocios hasta más tarde, para que se hagan las caminatas recreativas, para que los restaurantes tengan el ingreso de clientes, para que haya deporte.
Pero tiene que haber conciencia social y no se la está viendo por ninguna parte.
Si hoy nos entra un virus, relajados como estamos, seremos Marcos Juarez. Volveremos a la Fase 1. Se acuerdan? Negocios cerrados, supermercados sólo por la mañana, sin bares, sin salidas, detenidos por violar la cuarentena, clubes sin deporte. No aprendimos? No valoramos lo que no tuvimos hace sólo unos meses?
Estamos en los últimos minutos de un partido eterno y con alargue. Lo vamos ganando, y si llegamos con este resultado al pitazo final, seremos campeones. Pero si nos llegan una vez y estamos relajados, nos iremos directo al descenso y nada habrá valido la pena.
Pensémoslo, cuidémonos, hagamos un último esfuerzo. Vale la pena.