Entre el 1° de enero y el 30 de junio de 2020 hubo 143 femicidios en la Argentina, uno cada 29 horas. El 56% de las víctimas eran madres y 177 niños y adolescentes quedaron huérfanos a causa de la violencia machista. Además, hay otras 18 muertes violentas de mujeres que están todavía en investigación para determinar la naturaleza del hecho.
Las cifras se desprenden del informe presentado por el Registro Nacional de Femicidios, Femicidios Vinculados, Trans/Travesticidios y Lesbicidios de la organización MuMaLá (Mujeres de la Matria Latinoamericana), que genera las estadísticas a través del análisis y monitoreo de medios digitales y gráficos de todo el país, buscadores, sistema de alertas, del seguimiento de organizaciones y portales especializados en género, feminismos, derechos humanos y temas policiales.
De los 143 femicidios registrados desde el 1° de enero hasta el 30 de junio de 2020, 128 fueron femicidios directos; otros 13 fueron femicidios vinculados y hubo dos trans/travesticidio. Ochenta de los 143 crímenes relevados ocurrieron en contexto de Aislamiento Social, Preventivo y Obligatorio, una circunstancia que vino a agravar la problemática de la violencia de género, ya que mujeres y niños se ven obligados a convivir 24 horas en el encierro junto a sus agresores.
El relevamiento confirmó, una vez más, que los femicidas no son «monstruos»: son personas cercanas a las víctimas, en su gran mayoría. En el 41% de los casos era pareja de la víctima; en un 22%, una expareja; un 13% era un familiar de la víctima y en un 10% de los casos eran conocidos con otro tipo de vínculo. Sólo en un 6% de los crímenes el femicida era desconocido para la víctima y en un 6% no se tiene datos. El 21% se suicidó luego de cometer el asesinato.
Al analizar el lugar físico donde se cometió cada femicidio, surge que más de dos tercios de los crímenes fueron perpetrados en el sitio que -se supone- debería ser el más seguro para cualquier persona: el propio hogar. El 36% de los femicidios fueron en la vivienda de la víctima y el 32% en el domicilio que ésta compartía con el victimario, lo que suma un total de 68%. Esto vuelve a poner en foco la problemática que atraviesan aquellas mujeres y niños que están obligados a compartir las 24 horas del confinamiento en cuarentena con sus potenciales asesinos.
Otro dato que se destaca en el informe presentado por MuMaLá es que el 20% de las mujeres víctimas de femicidio había denunciado a su agresor previamente, el 10% tenía restricción de contacto o perimetral y el 1% poseía un botón antipánico. Ninguna de estas medidas pudo prevenir que sean asesinadas, por lo que el foco de los reclamos de las organizaciones feministas vuelve a ponerse sobre el rol del Estado, que con su inacción en todos los niveles termina desprotegiendo a las víctimas y convirtiéndose en cómplice de los crímenes machistas.
«Insistimos en la urgencia de declarar la Emergencia Nacional en violencia de género; la implementación de la Ley de Educación Sexual Integral de manera transversal y la aplicación efectiva de la Ley Micaela de capacitación obligatoria en género y violencia de género en todos los ámbitos del Estado, desde una perspectiva feminista, diverse – disidente», sostiene el comunicado emanado desde Mumalá.
Fuente: Aire de Santa Fe